La construcción de los dieciséis puentes que forman parte de la segunda avenida de Circunvalación en Tarija se acerca a su finalización, proyectándose su conclusión para mediados de noviembre. Tras esta etapa, la administración municipal tiene previsto iniciar los trabajos de ripiado en esta nueva y crucial arteria urbana.

Estas estructuras viales presentan un avance significativo, estimado entre el 90 y 95 por ciento. Aunque la entrega definitiva de la obra está contractualizada para marzo del año entrante, se contempla una recepción provisional alrededor del 15 de noviembre. Esta medida busca habilitar el uso de los puentes de manera inmediata, quedando la entrega final sujeta a la verificación exhaustiva de la construcción para asegurar la ausencia de cualquier tipo de falla.

El proyecto abarca un total de dieciséis infraestructuras, de las cuales doce son puentes propiamente dichos y cuatro corresponden a alcantarillas tipo cajón, consideradas también como puentes de menor envergadura, distribuidas a lo largo del trazado de la avenida. La ejecución de estas obras ha sido encomendada a empresas locales de Tarija.

La inversión total destinada a la edificación de estos puentes asciende a 75 millones de bolivianos. De este monto, 50 millones provienen de un crédito obtenido de la banca privada, mientras que los restantes 25 millones son financiados con recursos propios del gobierno municipal. Es notable que, a pesar de los desafíos enfrentados, como el incremento en los precios de los materiales de construcción e insumos, el proyecto ha logrado mantener su cronograma de ejecución sin desfases.

Una vez culminada la fase de los puentes, se procederá con el ripiado de la nueva avenida. Este proceso requerirá, en algunos tramos, trabajos previos de nivelación del terreno. La extensión total a ripiar supera los 60 kilómetros, una cifra que resulta de considerar la longitud de la avenida (15 kilómetros) en conjunto con el número de vías que la componen.

Actualmente, ciertos segmentos de esta nueva vía ya permiten la circulación vehicular. Con la puesta en funcionamiento de los puentes, se logrará la interconexión completa de todos los tramos, estableciendo un recorrido continuo de 15 kilómetros. La culminación de estas obras representa un impacto positivo considerable para la conectividad y el desarrollo urbano de la ciudad.

En una fase subsiguiente, una vez que la primera etapa de ripiado y circulación vehicular esté operativa, se iniciará la toma de decisiones para la segunda fase del proyecto, que contempla el asfaltado de la calzada. Esta vía está diseñada para soportar el tránsito de vehículos de alto tonelaje, consolidándose como un eje fundamental para la logística y el transporte en la región. El ripiado, cabe destacar, se financia con recursos propios de la administración municipal, sin necesidad de un presupuesto específico adicional

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