Una nueva era de oportunidades digitales se ha inaugurado para los 170 estudiantes de la Unidad Educativa Libertad, ubicada en la comunidad de Colón Sud, en la provincia de Uriondo. La reciente puesta en funcionamiento de una sala de tecnología de la información y comunicación (TIC), equipada con veinte computadoras de última generación y conexión a internet de alta velocidad, representa un significativo avance educativo y un símbolo de la sólida relación bilateral entre Bolivia y Corea del Sur. Este proyecto se enmarca en la conmemoración de seis décadas de cooperación entre ambas naciones, cuya amistad se estableció formalmente en 1965.

El diplomático surcoreano en Bolivia, presente en la ceremonia de entrega, compartió su profunda satisfacción por el logro, destacando la belleza del entorno y el espíritu de los jóvenes beneficiarios. Conmovido, rememoró sus propios años escolares en una modesta escuela rural de su país hace más de medio siglo, una época desprovista de las herramientas tecnológicas que ahora están al alcance de estos estudiantes, subrayando así el progreso y las ventajas de la educación contemporánea.

La concepción y ejecución de esta iniciativa demandaron siete meses de esfuerzo, desde abril hasta su culminación en octubre. Uno de los desafíos más considerables fue la instalación de conectividad a internet en una zona rural, a doce kilómetros de la antena más próxima. A pesar de las dificultades técnicas y económicas iniciales, se logró establecer un servicio de 20 megabytes gracias a la colaboración estratégica con una empresa asociada a la principal operadora de telecomunicaciones, utilizando una combinación de antenas y fibra óptica.

El ingeniero Jaewan Jung, voluntario de la Agencia de Cooperación Internacional de Corea (KOICA) y arquitecto de este proyecto, enfatizó la urgencia de la alfabetización digital. Durante su intervención, explicó que la ausencia de internet dificultaba el acceso equitativo a las computadoras para cada estudiante. Hizo hincapié en la necesidad imperante de que los jóvenes adquieran habilidades digitales para navegar un mundo en constante transformación, impulsado por avances como la inteligencia artificial. Advirtió sobre la rápida evolución del mercado laboral, donde muchas profesiones actuales podrían modificarse o desaparecer para cuando los estudiantes de hoy ingresen al ámbito profesional.

La inversión total para el proyecto ascendió a 22.000 dólares, con una contribución mayoritaria de KOICA y una contraparte local del diez por ciento, asumida por la comunidad. Esta participación comunitaria fue fundamental, no solo en el aspecto financiero, sino también en la preparación del espacio, involucrando activamente a padres de familia y docentes, lo que fomentó un fuerte sentido de pertenencia y empoderamiento.

El alcalde municipal de Uriondo reconoció la trascendencia del proyecto como un salto cualitativo hacia la tecnología, expresando su intención de replicar esta experiencia en otras instituciones educativas de la región. Por su parte, el director distrital de Educación de Uriondo instó a los estudiantes a soñar en grande y a utilizar estas herramientas para conectarse con el conocimiento global, inspirándose en los logros de otros jóvenes tarijeños en campos científicos internacionales.

La sostenibilidad de la sala TIC está garantizada por la junta escolar, que asumirá el pago mensual del servicio de internet. Las computadoras y el software educativo están diseñados para apoyar el aprendizaje en todas las materias, abarcando desde el nivel inicial hasta la secundaria, beneficiando a estudiantes de cuatro a dieciocho años.

La celebración de la entrega, que incluyó números musicales, danzas tradicionales y un intercambio de obsequios representativos de la región, fue un testimonio de la calidez de las relaciones entre ambos países. El coordinador de KOICA en Bolivia detalló que la agencia ha desplegado a más de 990 voluntarios en diversas regiones del país, incluyendo Tarija, apoyando proyectos en sectores como la salud, agricultura, igualdad de género e infraestructura, con una inversión significativa que el año pasado superó los doce millones de dólares.

Un estudiante, en representación de sus compañeros, articuló el sentir colectivo al destacar que la sala TIC no solo simboliza la entrega de equipos, sino la apertura a nuevas vías para el aprendizaje, el crecimiento personal y la realización de aspiraciones. Este proyecto marca un avance decisivo hacia un futuro donde la tecnología y el conocimiento convergen para fortalecer las capacidades y ampliar los horizontes de la juventud. Al concluir el evento, el embajador surcoreano compartió un deseo personal de regresar a la región tras su jubilación, una muestra del profundo impacto que la experiencia dejó en él.

Las veinte computadoras, ya operativas y conectadas al vasto mundo digital, aguardan en una sala que irradia nuevas posibilidades y un futuro prometedor para la comunidad educativa de Colón Sud

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