La reciente derrota en Cochabamba ha evidenciado las dificultades que enfrenta el equipo bajo la dirección del entrenador, quien en pocos días al mando no ha conseguido modificar la trayectoria negativa. Las sucesivas caídas, incluyendo la sufrida en el clásico anterior, consolidan la idea de un conjunto que aún no logra encontrar su mejor versión. En un club con una afición exigente y escasa tolerancia, los resultados inmediatos son imprescindibles.

Consciente de esta realidad, el técnico “Copito” Andrada subrayó la importancia del trabajo psicológico para encarar a un adversario que ha dominado los enfrentamientos directos en los últimos años. Destacó la necesidad de que cada jugador comprenda su rol y el contexto en el que se desempeña, enfatizando la relevancia de tener claro el nivel competitivo y la identidad del club.

Contratado para dirigir las últimas seis jornadas del torneo, Andrada expresó que su meta es avanzar de manera gradual. Comentó que esperaba que el partido frente a Wilstermann representara un punto de inflexión, pero confía en que el próximo clásico pueda inyectar un impulso anímico necesario para el equipo, dado que estos encuentros no se presentan con frecuencia.

Ante la consulta sobre si las dificultades institucionales podrían repercutir en el rendimiento del plantel, el entrenador fue enfático en señalar que esas cuestiones quedan fuera del terreno de juego. Aseguró que los jugadores están comprometidos a dejar todo por su familia, los seguidores y el club.

Sobre el desempeño irregular de algunos futbolistas extranjeros, Andrada explicó que el fútbol actual demanda una condición física óptima y un alto nivel de intensidad, aspectos que se entrenan continuamente. Finalmente, confirmó que el equipo llegará al clásico con todos sus integrantes en buenas condiciones físicas y sin lesiones, preparado para afrontar el desafío