En un intento por serenar los ánimos tras la reciente implementación de medidas económicas, el jefe de Gabinete de la Nación se pronunció sobre la nueva etapa que, según sus palabras, transita el país. En este contexto, destacó los avances hacia un equilibrio fiscal y las perspectivas alentadoras que se vislumbran en el horizonte económico.
El funcionario se refirió específicamente a las disposiciones anunciadas por el área económica, entre las que resaltan la modificación del esquema cambiario y la ratificación del acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI). En relación al nuevo sistema de flotación administrada del tipo de cambio, que establece una banda de fluctuación entre 1.000 y 1.400 pesos, el jefe de Gabinete buscó transmitir un mensaje de confianza y previsibilidad.
En declaraciones radiales, el representante del Poder Ejecutivo explicó que el rango de cotización del dólar durante el presente mes se mantendrá dentro de los límites establecidos, y que posteriormente, las bandas se ajustarán mensualmente en un uno por ciento. Aseguró que este esquema ha sido cuidadosamente diseñado y que no debería generar incertidumbre en los agentes económicos.
En línea con los principios de la economía de mercado, el funcionario desestimó las interpretaciones que sugieren una devaluación encubierta. Argumentó que el mercado ya operaba con dinámicas similares en el ámbito de los dólares financieros, y que la medida implementada consiste en formalizar una situación preexistente. Subrayó que, si bien la cotización podría oscilar dentro de las bandas, la disponibilidad de divisas en relación a la masa monetaria circulante garantiza la estabilidad y reduce el riesgo de movimientos bruscos en el mercado cambiario.
El jefe de Gabinete confirmó que la estrategia adoptada fue coordinada con el FMI, aunque matizó que la liberalización del tipo de cambio no fue impuesta como una condición por el organismo internacional. Enfatizó que este tema se venía discutiendo con el Fondo desde hace varios meses, como parte de un plan elaborado con disciplina y consenso. No obstante, otras fuentes sugieren que la flexibilidad cambiaria sí habría sido un requerimiento del FMI.
Entre los factores que, a juicio del funcionario, fortalecen el panorama económico actual, mencionó el reciente acuerdo con el FMI, el mensaje transmitido por el ministro de Economía, el reconocimiento público de la directora gerente del organismo multilateral, Kristalina Georgieva, y la anticipada visita de un alto funcionario del Tesoro de Estados Unidos, considerado clave para el respaldo internacional del país.
Ante las dudas manifestadas por algunos sectores de la sociedad respecto a los acuerdos con el FMI, el jefe de Gabinete insistió en que el contexto actual es diferente, destacando el ordenamiento de las cuentas públicas, la existencia de superávit fiscal y la determinación política de mantener la senda trazada.
En relación a la limitación de 100 dólares para la compra de divisas en efectivo, el funcionario admitió no tener precisiones sobre los detalles técnicos de la normativa, aunque intuyó que podría estar relacionada con la intención de desalentar operaciones informales en el mercado cambiario.
Consultado sobre el incremento del índice de precios al consumidor en el último período, que alcanzó un 3,7 por ciento, el jefe de Gabinete desvinculó al gobierno de dicha cifra, atribuyendo el aumento a factores coyunturales como la volatilidad política derivada del debate legislativo y elementos estacionales. Aseveró que no existen causas estructurales que justifiquen la inflación, y reiteró que las reglas macroeconómicas están definidas y que la estabilidad de precios es un objetivo alcanzable.
Paralelamente, el FMI emitió un comunicado en el que expresó su satisfacción con el programa económico implementado en Argentina. El organismo resaltó que el apoyo financiero de 20 mil millones de dólares tiene como objetivo respaldar los resultados positivos que se observan como consecuencia de las medidas adoptadas. La directora gerente del FMI, Kristalina Georgieva, elogió los esfuerzos en curso para desregular la economía y señaló que el programa busca profundizar las reformas estructurales para impulsar el crecimiento del país, aprovechando su potencial en sectores como energía y minería.
En contraste, desde la oposición política surgieron críticas al acuerdo con el FMI. Una figura relevante del espacio opositor cuestionó la reciente devaluación implícita en el sistema de bandas cambiarias, argumentando que se trata de una imposición del organismo internacional. Asimismo, se realizaron señalamientos sobre presuntas ventajas obtenidas por ciertos actores financieros en operaciones especulativas, y se criticó el rol del FMI en la economía argentina, asociándolo a políticas que perjudican a la población
