La Unidad de Gestión de Riesgo trabaja en la evaluación de necesidades y apoyo a agricultores afectados.
Tras semanas de fríos extremos, el Gobierno Municipal ha comenzado a evaluar los daños en los cultivos de la región. La Unidad de Gestión de Riesgo está analizando las necesidades de las comunidades afectadas y trabajando en estrategias de recuperación.
Tras semanas de fríos extremos en la región, el Gobierno Municipal, a través de la Unidad de Gestión de Riesgo, ha iniciado un proceso de evaluación de daños y análisis de necesidades en las comunidades que han solicitado asistencia. Álvaro Baldivieso, portavoz de la institución, señaló que, hasta el momento, se estima que las zonas visitadas presentan un nivel de afectación que oscila entre un 20% y un 30%.
Es importante destacar que, a pesar de estos porcentajes, Baldivieso hizo hincapié en que la mayor parte de los daños se concentran en comunidades donde las siembras se realizaron tardíamente, lo que ha contribuido a reducir la magnitud de las pérdidas. En este sentido, el funcionario resaltó la previsión y la experiencia de los productores rurales, quienes están familiarizados con las condiciones climáticas de la zona y han optado por postergar la siembra principal hasta el mes de agosto.
Los cultivos más afectados por las bajas temperaturas incluyen la papa, el trigo en las zonas yeseras, diversas hortalizas y árboles frutales, según informó Baldivieso. Esta situación ha generado preocupación entre los agricultores locales, ya que la pérdida de estos cultivos no solo impacta en su sustento diario, sino que también puede repercutir en la economía de la región.
Es importante resaltar que, a pesar de las adversidades, la colaboración entre el Gobierno Municipal y las comunidades afectadas es fundamental para establecer estrategias de recuperación y apoyo a los agricultores damnificados. La planificación de acciones a corto y largo plazo resulta crucial para mitigar los efectos de los fenómenos climáticos y garantizar la seguridad alimentaria en la zona.
La colaboración entre el Gobierno Municipal y las comunidades afectadas es clave para mitigar los efectos de las bajas temperaturas en los cultivos y garantizar la seguridad alimentaria en la región.
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