El golf europeo está en un momento cumbre. Después de las victorias de Rory McIlroy en Pebble Beach y el belga Thomas Detry en Arizona, Ludvig Aberg, la emergente estrella sueca, se embolsó el The Genesis Invitational, el torneo apoyado por Tiger Woods, que este año se celebró en Torrey Pines (San Diego), al no poder hacerlo por los incendios de Los Ángeles en el enclave tradicional de Riviera.
Aberg tuvo que hacer un birdie en el último hoyo, par 5, para sumar su segunda victoria en el PGA Tour y el tercero en el golf profesional. Ocurrió apenas un mes después de que tras liderar el Farmers Insurance Open después de 48 hoyos, sufriese una intoxicación alimenticia que se tradujo en una tarjeta de 79 golpes que le descartó de la victoria.
“Me encanta este lugar, creo que es uno de los mejores campos de golf en los que jugamos”, entonó el ganador, otro que se suma a la lista de más que posibles jugadores que entrarán por puntos en el equipo europeo de la Ryder Cup.
El acierto en el último hoyo, un putt de algo más de dos metros, deshizo el desempate con Maverick McNealy, protagonista de una gran remontada el domingo, aunque sin fruto final. Después de embocar ocho birdies en los 11 primeros hoyos, y nueve en 13, saltó al liderato, pero fue frenado por un bogey de inmediato y no encontró el agujero en el putt desde más de seis metros que tiró para birdie en el 18.
En tercer lugar quedó Scottie Scheffler, aupado por un buen domingo que le sirvió para cimentar la primera posición del ránking mundial tras un torneo de los especiales del PGA Tour y que repartía una bolsa de 20 millones de dólares.
FUENTE: MARCA