Las autoridades encargadas del apoyo a la producción de alimentos y la defensa de los derechos del consumidor han implementado nuevas medidas de control sobre la venta de aceite comestible. El objetivo principal es frenar la reventa especulativa del producto en los mercados tradicionales.

A partir de ahora, en los puntos de venta oficiales de la Empresa de Apoyo a la Producción de Alimentos (Emapa), cada botella de aceite vendida será alterada físicamente: se le retirará la etiqueta y se procederá a abrir el sello de la tapa.

Esta decisión surge tras detectarse que personas adquieren el aceite a precio subsidiado en las tiendas de Emapa, donde se vende a 14 bolivianos el litro, para luego revenderlo en mercados a precios significativamente superiores, que pueden alcanzar los 19, 20 o incluso 22 bolivianos por litro. Se ha identificado esta práctica en mercados específicos, como el Abasto del Sur y el Mercado Central.

Se ha señalado que el precio mayorista del aceite, proveniente del distribuidor principal, ronda los 13,50 bolivianos por litro, lo que indicaría que su precio final en los mercados no debería superar los 15 bolivianos.

La presencia de botellas de aceite sin etiqueta y con el sello de la tapa roto en puestos de mercado será considerada prueba de reventa ilícita, lo que facultará a las autoridades a proceder al decomiso del producto.

Esta medida de control se aplicará de manera uniforme en todas las sucursales de Emapa. Adicionalmente, se mantienen las restricciones de venta ya vigentes, que limitan la compra a un máximo de dos botellas de aceite por persona, requiriendo la presentación y registro de la cédula de identidad del comprador.

Hasta el momento, la implementación de estas nuevas disposiciones no ha generado reclamos por parte de la población, que parece comprender la necesidad de estas acciones para asegurar una distribución más equitativa del producto y combatir la especulación