El histórico Rose Bowl fue el escenario de un encuentro destacado en la fase inicial del torneo, enfrentando al Atlético de Madrid y al Paris Saint-Germain. El equipo parisino, reciente campeón de Europa, llegó a Estados Unidos con la clara intención de prolongar su racha victoriosa, mientras que el conjunto madrileño buscaba revertir una temporada complicada y encontrar un resultado positivo que le había sido esquivo. Ambos contendientes compartían el mismo objetivo: avanzar hacia la final.
Desde el inicio, el equipo dirigido por Diego Simeone mostró una disposición agresiva. Una falta temprana de Vitinha sobre Julián Álvarez, cerca del área, generó la primera oportunidad de peligro. El delantero argentino ejecutó el tiro libre buscando sorprender a Gianluigi Donnarumma, y el balón pasó a escasos centímetros del poste defendido por el portero italiano, un aviso que puso en alerta a la defensa francesa.
La respuesta del conjunto de Luis Enrique no tardó en llegar, impulsada por la presión alta de Désiré Doué. Tras recuperar el balón en campo rival, Doué envió un centro preciso hacia Khvicha Kvaratskhelia. El atacante georgiano controló de espaldas y, con habilidad, logró exigir la intervención de Jan Oblak, quien respondió con seguridad.
Poco después, la fluidez ofensiva del equipo francés desarticuló la zaga del Atlético. Fabián Ruiz culminó la jugada con un potente zurdazo cruzado que dejó sin opciones al guardameta esloveno, abriendo el marcador para el 1 a 0 con un gol de gran factura.
Antes del descanso, en los instantes previos a la pausa, el Atlético de Madrid logró acumular varios efectivos en el área rival. Antoine Griezmann capturó un rebote, pero su remate fue contenido por Donnarumma. Inmediatamente, en el contragolpe, Vitinha se combinó con Kvaratskhelia. El georgiano condujo el balón entre los defensores centrales y definió para marcar el 2 a 0, ampliando la ventaja justo antes del silbato del medio tiempo. Fue otra anotación que Oblak no pudo evitar.
Al reanudarse el partido, el Paris Saint-Germain estuvo cerca de convertir la victoria en una goleada. Una acción que comenzó con Donnarumma manejando el balón con soltura en su propia área, continuó con las proyecciones de Willian Pacho y Nuno Mendes. La jugada culminó con un violento disparo de Khvicha Kvaratskhelia que parecía destinado a la red. Sin embargo, un estirada providencial de Oblak desvió el balón, que acabó estrellándose en el travesaño. Este momento fue una muestra más de la superioridad exhibida por el equipo de la capital francesa.
El impacto en el poste pareció sacudir al equipo del Cholo. Con la energía de Giuliano Simeone y la calidad de Julián Álvarez, el Atlético logró descontar, reavivando brevemente sus esperanzas. No obstante, la intervención del VAR frustró la reacción española. El árbitro István Kovács anuló el gol tras revisar una infracción previa de Koke sobre Désiré Doué en el inicio de la jugada, una decisión que significó un duro golpe anímico para el conjunto madrileño.
La situación empeoró para el Atlético cuando Clément Lenglet recibió su segunda tarjeta amarilla, aparentemente por protestar decisiones arbitrales. A partir de ese momento, el equipo español pareció resignarse, afectado por la frustración generalizada, el intenso calor y la manifiesta superioridad del oponente. Esta sensación se acentuó tras una clara oportunidad desperdiciada por Alexander Sorloth, un momento que dejó a Diego Simeone visiblemente contrariado en el banquillo.
Cerca del final, Senny Mayulu, quien había ingresado en lugar de Gonçalo Ramos, tuvo un impacto decisivo. El joven mediocampista francés contribuyó a redondear el resultado, asegurando que la victoria fuera contundente.
El marcador definitivo de 4 a 0 se selló con un penal convertido por Lee Kang-in en los últimos instantes del encuentro. Esta actuación contundente posiciona al Paris Saint-Germain como un serio aspirante a liderar su grupo y competir por el título del torneo. Por su parte, el Atlético de Madrid enfrenta la necesidad urgente de reaccionar en sus próximos dos partidos si desea mantener vivas sus opciones de clasificación. El panorama se presenta favorable para los franceses, mientras que para los españoles, el camino a seguir parece considerablemente más complicado
