La reciente interrupción de vías que se extendió por once días, impulsada por sectores afines al expresidente Evo Morales, concluyó tras un saldo trágico de cinco fallecimientos: cuatro miembros de la fuerza pública y un ciudadano civil. Este desenlace ha llevado al exmandatario a pronunciarse a favor de un proceso de diálogo, una postura que no había manifestado durante el desarrollo de la movilización, la cual, por el contrario, había calificado de imparable.

En un comunicado emitido al término de la protesta, el exmandatario subrayó la necesidad de una investigación que sea tanto independiente como imparcial respecto a los sucesos ocurridos. Asimismo, ante lo que describió como la intransigencia gubernamental, planteó la exigencia de que una entidad de carácter internacional asuma el rol de mediadora o facilitadora en un diálogo destinado a abordar las causas subyacentes de lo que denominó la movilización pacífica del movimiento popular boliviano.

El origen de esta protesta se remonta al 18 de mayo, cuando seis federaciones de productores de coca de Cochabamba, agrupadas en torno al proyecto político del expresidente, convocaron a una movilización nacional. Esta decisión surgió tras conocerse la situación relacionada con la posible ausencia de una sigla partidaria para la participación de Evo Morales en las próximas elecciones presidenciales. Aunque la movilización general fue posteriormente reprogramada para el 2 de junio y el inicio de los bloqueos de caminos para el 4 de ese mes, grupos partidarios del expresidente adelantaron el bloqueo a partir del 2 de junio, llegando a registrarse 32 puntos de interrupción vial para el 8 de junio, según información oficial sobre el estado de las carreteras.

La jornada del 11 de junio fue la más crítica, con el registro de cinco fallecimientos: cuatro agentes policiales en Potosí y un civil en Cochabamba, conforme a reportes forenses. Este hecho precipitó el repliegue de los manifestantes de los puntos de bloqueo. Las fuerzas del orden, actuando en coordinación con efectivos militares, avanzaron sin encontrar resistencia significativa. En la tarde de ese día, se logró restablecer el tránsito en la ruta que conecta el occidente del país con Cochabamba, y durante la noche, las fuerzas conjuntas ingresaron a la plaza principal de Llallagua, localidad situada en las proximidades de donde perdieron la vida los uniformados.

En otro segmento de su mensaje, el exmandatario reiteró su demanda por una investigación internacional sobre los actos de violencia registrados. Cabe recordar que, días antes, en su espacio de difusión habitual de los domingos, había anticipado que la semana sería decisiva para el conflicto y había insistido en que el bloqueo era imparable. En ningún momento previo había aludido a la posibilidad de un diálogo; por el contrario, había afirmado que la administración actual no había dado respuesta a ninguno de los pliegos presentados por las organizaciones alineadas con sus intereses

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