Bolivia se alista para una jornada trascendental el próximo sábado 8 de noviembre, cuando la Plaza Murillo será el epicentro de la transmisión del mando presidencial. Rodrigo Paz Pereira asumirá la máxima magistratura del Estado, acompañado por su vicepresidente, Edmand Lara, en un evento que contará con un imponente despliegue de seguridad y la asistencia confirmada de 45 delegaciones internacionales.

Una de las particularidades de esta investidura radica en la inmediata conformación del nuevo gabinete. A diferencia de prácticas anteriores, el presidente electo tiene previsto juramentar a sus ministros justo después de su propio juramento y de dirigir su primer mensaje a la nación. Este acto se realizará en el nuevo edificio de la Asamblea Legislativa Plurinacional, específicamente en el hemiciclo principal ubicado en el decimoquinto piso. La ceremonia de investidura de los nuevos colaboradores será un evento de carácter reservado, destinado a un círculo íntimo, y su cobertura oficial estará a cargo exclusivo de Bolivia TV. Esta decisión refleja la intención de agilizar el proceso de transición y consolidar rápidamente el equipo que acompañará al mandatario en su gestión.

Tras la juramentación del gabinete, se anticipa que el presidente, el vicepresidente y los flamantes ministros realizarán un recorrido simbólico por la Plaza Murillo, donde se han dispuesto graderías para acoger a invitados especiales y al público en general. Posteriormente, el presidente Paz se dirigirá a la ciudadanía desde el balcón del histórico Palacio Quemado, ofreciendo un mensaje a la nación. Simultáneamente, el vicepresidente Lara convocará a una congregación popular en la Plaza Villarroel, dado que la Plaza San Francisco no ha sido habilitada para eventos masivos de esta magnitud.

La Plaza Villarroel, con su profundo significado histórico, alberga un mausoleo dedicado a los héroes de la Revolución de 1952. Aunque originalmente se concibió como el lugar de descanso final para expresidentes como Gualberto Villarroel y Germán Busch –cuyos nombres aún figuran inscritos, si bien sus restos reposan en el Cementerio General de La Paz–, ha sido el sitio de sepultura para figuras como el expresidente Juan José Torres en 1984 y el líder sindical Juan Lechín en 2001.

El equipo de transición del presidente electo ha completado sus reuniones con los diecisiete ministerios y se encuentra ahora inmerso en una fase de análisis documental exhaustivo. Se anticipa una revisión pormenorizada de la administración saliente, la última del Movimiento Al Socialismo, con el objetivo de identificar posibles irregularidades o deficiencias. Entre las áreas bajo escrutinio destacan el Ministerio de Obras Públicas y el Ministerio de Planificación. Una preocupación particular se centra en la situación financiera de Boliviana de Aviación (BoA), que enfrenta desafíos de sostenibilidad y bajos niveles de generación de ingresos. Asimismo, el Instituto Nacional de Estadística (INE) ha sido señalado por su opacidad, especialmente tras las controversias surgidas en torno al Censo de Población y Vivienda de 2024.

La relevancia internacional del evento se subraya con la confirmación de la asistencia de 45 delegaciones. Entre los dignatarios que se esperan se encuentran los presidentes Javier Milei de Argentina, Gabriel Boric de Chile, Santiago Peña de Paraguay y Daniel Noboa de Ecuador. También se ha anunciado la presencia del expresidente federal de Alemania, Christian Wulff, y el vicepresidente de El Salvador, Félix Ulloa. La lista de invitados de alto nivel se completa con el vicepresidente de Brasil, Geraldo Alckmin, el subsecretario de Estado de Estados Unidos, Christopher Landau, y el presidente del Consejo de Ministros de Perú, Ernesto Álvarez, además de representantes de organismos multilaterales y de la Unión Europea.

Los preparativos logísticos y los ensayos se han intensificado durante el fin de semana, buscando asegurar que la jornada de transmisión de mando se desarrolle con la solemnidad y el orden que corresponden a un evento de esta magnitud en el Bicentenario de Bolivia. Para garantizar la seguridad, se desplegarán 1.800 efectivos policiales, configurando un esquema de tres anillos de protección alrededor de la Plaza Murillo, el Palacio Legislativo y el Palacio Quemado. El centro de operaciones, ubicado en el BOL 110, supervisará el desarrollo del evento mediante el uso de drones, cámaras y sistemas de georreferenciación. Tanto el presidente como el vicepresidente electos ya cuentan con su personal de seguridad asignado

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