El presidente electo, Rodrigo Paz Pereira, ha regresado al país tras un periodo de intensa actividad internacional y nacional, marcando un claro rumbo para su próxima administración. Desde su victoria en el balotaje del 19 de octubre, donde obtuvo el 54% de los votos, el mandatario ha dedicado las últimas semanas a establecer contactos y definir las primeras líneas de acción de su gobierno.
Entre las prioridades establecidas, destaca la reinstauración del Escudo Nacional como el principal símbolo del Estado, una medida que revierte la decisión de la administración saliente de reemplazarlo por la chacana. Esta acción se concretó a través de la recién creada Oficina del Presidente Rodrigo Paz Pereira, señalando un cambio en la simbología oficial del país.
En el ámbito económico, la gestión del presidente electo ha sido particularmente activa. Durante una visita a Washington, D.C., y posteriormente a Panamá, se enfocó en asegurar la estabilidad financiera y el suministro de recursos esenciales. Se logró un compromiso de financiamiento por 3.100 millones de dólares con la CAF – Banco de Desarrollo de América Latina y El Caribe, destinados al Programa de apoyo a la recuperación económica 2025-2026. Un primer desembolso de 300 millones de dólares está previsto para reactivar la economía. Paz Pereira ha enfatizado que estos fondos serán utilizados para fomentar la exportación, importación y producción, distanciándose de prácticas pasadas.
Asimismo, se abordó la crucial cuestión del abastecimiento de carburantes. Tras reuniones con organismos multilaterales de alto nivel en Estados Unidos, incluyendo el Fondo Monetario Internacional, el Banco Interamericano de Desarrollo y el Banco Mundial, el presidente electo anunció la garantía del suministro de gasolina y diésel, trabajando en la logística necesaria para su distribución en el país. En estos encuentros, Paz Pereira presentó su programa de gobierno, dejando claro que no se aceptarán imposiciones externas.
La política exterior ha experimentado un giro significativo. Un acercamiento decisivo con la Casa Blanca en Washington ha sentado las bases para el restablecimiento de relaciones plenas con Estados Unidos, tras casi dos décadas de distanciamiento. El presidente electo sostuvo encuentros con figuras clave de la administración estadounidense, quienes expresaron su disposición a reanudar la cooperación y amistad entre ambas naciones. En paralelo, se ha marcado una clara distancia con el régimen de Nicolás Maduro en Venezuela, lo que llevó a la suspensión de Bolivia de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA-TCP). Este desacuerdo diplomático fue seguido por un intercambio de declaraciones, en las que Paz Pereira defendió los valores de libertad y democracia para Bolivia.
A nivel regional, se afianzaron lazos con Panamá, donde el presidente electo se reunió con su homólogo, José Raúl Mulino, en un encuentro que también tuvo un matiz personal para Paz Pereira, quien recordó su conexión con el país centroamericano.
Internamente, el presidente electo ha iniciado diálogos con los sectores productivos y empresariales, tanto en el oriente como en el occidente del país, buscando establecer preacuerdos que impulsen el desarrollo. Ha reiterado su compromiso de superar un Estado tranca y promover una colaboración entre el sector privado y el público, implementando un plan de distribución equitativa de recursos.
La conformación de su gabinete de ministros y ministras es otra tarea en curso, con la toma de posesión prevista para el 9 de noviembre, un día después de la suya. Sin embargo, el proceso ha encontrado desafíos, ya que algunos de los convocados han expresado reticencia a asumir cargos públicos debido al temor a posibles repercusiones legales. Pese a ello, el mandatario ha asegurado que su equipo será seleccionado por meritocracia, priorizando la capacidad y la experiencia para ofrecer respuestas rápidas a las necesidades del país.
Analistas políticos han interpretado estas acciones tempranas como señales positivas de un cambio en la gestión estatal, destacando un dinamismo y una proactividad que contrastan con administraciones anteriores. Mientras tanto, el vicepresidente electo, Edmand Lara, ha mantenido una agenda pública diferenciada, principalmente a través de redes sociales

