El proyecto definitivo para la planta de tratamiento de aguas residuales en Tarija ha sido presentado a la comunidad local. La iniciativa, considerada de apremiante necesidad para la ciudad, alcanzó su etapa final tras la incorporación de las recomendaciones formuladas por la Corporación Andina de Fomento (CAF).

La CAF se perfila como la entidad clave en la financiación de esta infraestructura. Se ha confirmado que aportará un monto de 65 millones de dólares, cubriendo así el costo total estimado para la ejecución de la obra.

Autoridades nacionales destacaron que el diseño del proyecto se encuentra actualizado y fue elaborado en estrecha coordinación con diversas instituciones relevantes. Asimismo, se aseguró la disponibilidad del terreno necesario para la construcción de la planta. La Corporación Andina de Fomento había previamente supeditado la entrega del financiamiento a la conclusión del diseño, un requisito que ahora se considera cumplido.

El siguiente paso crucial en el proceso es la presentación del proyecto ante la Asamblea Legislativa Plurinacional, donde se buscará la aprobación formal del financiamiento. Se anticipa que este trámite podría concretarse en aproximadamente dos semanas. Algunos representantes legislativos han manifestado su intención de priorizar esta aprobación, y se espera contar con el respaldo de otros parlamentarios de la región.

La construcción de esta planta representa una oportunidad para resolver una problemática que ha afectado a Tarija por más de dos décadas. A pesar de intentos previos, incluyendo una donación de 12 millones de euros en el pasado, la ciudad no había logrado abordar eficazmente el tratamiento de sus aguas residuales.

La puesta en marcha de la nueva planta no solo mejorará significativamente el servicio de alcantarillado en Tarija, sino que también desempeñará un papel fundamental en la restauración del río Guadalquivir. Actualmente, las aguas residuales urbanas impactan directamente el cauce fluvial debido al colapso de las lagunas de oxidación existentes.

El proyecto contempla, además, el cierre definitivo de las lagunas de oxidación, con la visión de transformar ese espacio en un futuro parque. Esta perspectiva integral fue resaltada como un aspecto relevante de la iniciativa. Se aclaró que el financiamiento de la obra será asumido por el gobierno nacional.

La capacidad de coordinación demostrada en la gestión de este proyecto, que encontró una solución en pocos meses tras veinte años de inacción, fue señalada como un factor positivo que podría replicarse para abordar otros desafíos pendientes en la región.

En un tema aparte, se informó sobre el avance relacionado con el compromiso presidencial de financiar el reemplazo de la tubería de San Jacinto. Recientemente se recibió el estudio técnico para esta obra, el cual fue financiado por el gobierno con una inversión de 3.5 millones de bolivianos. El estudio preliminar estima que el costo para la renovación y posible ampliación de esta tubería, que permitiría llegar a más localidades, ascendería a 600 millones de bolivianos. Se mencionaron planes para sostener encuentros con representantes de los regantes de San Jacinto para abordar este tema

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