Bolivia se prepara para un trascendental acto de transmisión de mando presidencial, programado para el sábado 8 de noviembre, que tendrá como escenario principal la histórica Plaza Murillo. La ceremonia culminará con la investidura de Rodrigo Paz Pereira y Edmand Lara como las nuevas autoridades del país.

Para garantizar el desarrollo ordenado y seguro de este evento de magnitud, las autoridades han diseñado un robusto esquema de seguridad. Un contingente de 1.800 efectivos de la Policía Boliviana será desplegado en un sistema de tres anillos concéntricos, abarcando la Plaza Murillo, el Palacio Legislativo y el Palacio Quemado, puntos neurálgicos de las actividades protocolares. Este dispositivo especial incluirá áreas de acceso restringido, corredores vehiculares bajo estricta vigilancia y puntos de control estratégicos en los hoteles y rutas de desplazamiento de los dignatarios internacionales, quienes comenzarán a arribar al país desde el viernes 7.

El plan de seguridad se estructura en distintas zonas. Una área de máxima restricción rodeará el hemiciclo legislativo y sus inmediaciones, permitiendo el ingreso únicamente a personas debidamente acreditadas. Una segunda zona estará dedicada exclusivamente a las delegaciones internacionales y su logística de movilidad. Finalmente, una tercera área, abierta al público, contará con tránsito supervisado y vigilancia permanente, a cargo tanto de agentes policiales como militares.

El centro de comando y control de este operativo se ubicará en el BOL 110, desde donde se realizará un monitoreo en tiempo real. Para ello, se emplearán cámaras de videovigilancia, drones y sistemas de georreferenciación, complementados con mapas actualizados y comunicación encriptada para optimizar la seguridad de todos los asistentes. Cabe destacar que las nuevas autoridades electas, Paz y Lara, ya cuentan con equipos de seguridad personal asignados por la institución policial, garantizando su movilidad ordenada y protegida.

En preparación para los actos protocolares y de seguridad, el Regimiento 1 de Infantería, conocido como la Guardia Presidencial o Colorados de Bolivia, ha mantenido a todo su personal acuartelado. Durante el fin de semana previo a la investidura, se llevaron a cabo diversos ensayos, mientras que equipos de mantenimiento ultimaban los detalles en las instalaciones del Palacio Quemado, donde el presidente electo recibirá honores militares y atenderá a sus invitados, y en la Asamblea Legislativa, lugar de su juramentación.

Se anticipa la llegada de 45 delegaciones internacionales, incluyendo representantes de estados, organismos multilaterales y otras entidades. Aunque el detalle oficial de las delegaciones se comunicará próximamente, se ha confirmado la asistencia de líderes como el presidente de Argentina, Javier Milei; el de Chile, Gabriel Boric; y el de Paraguay, Santiago Peña. También se espera la presencia del Rey de España, Felipe VI, y del expresidente federal de Alemania, Christian Wulff. El gobierno brasileño estará representado por su vicepresidente, Geraldo Alckmin, mientras que Estados Unidos enviará al subsecretario de Estado, Christopher Landau. La asistencia del presidente del Consejo de Ministros de Perú, Ernesto Álvarez, también ha sido confirmada. Cada delegación ha solicitado ya la documentación de procedimientos para el desarrollo del evento y los servicios aeroportuarios.

En el contexto de estas preparaciones, surgió un debate en torno a la posible asistencia del monarca español. Una voz influyente cuestionó la llegada del Rey, sugiriendo que su presencia podría interpretarse como un reconocimiento al primer presidente español, aludiendo al lugar de nacimiento de Rodrigo Paz. Se expresó una postura crítica hacia la importación de monarquías a Bolivia y se propuso la eliminación de cumbres de jefes de Estado de Iberoamérica.

Rodrigo Paz nació en Santiago de Compostela, España, en 1967, durante el exilio de sus padres, Jaime Paz Zamora y Carmen Pereira, quienes huyeron de las dictaduras militares. El presidente electo ha manifestado su profundo afecto y apego por Galicia, así como su deseo de mantener excelentes relaciones con España, país al que considera un socio natural para el desarrollo y la cooperación. La Casa Real española aún no ha confirmado oficialmente la asistencia del Rey, aunque fuentes diplomáticas no descartan su presencia, siguiendo precedentes en anteriores ceremonias de transmisión de mando.

La ceremonia del 8 de noviembre se dividirá en dos momentos clave: una sesión de honor en la Asamblea Legislativa Plurinacional, donde Rodrigo Paz jurará como presidente constitucional, y la entrega del Bastón de Mando en el Palacio Quemado, acto en el que será declarado Capitán General

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