Desde Tarija, el economista Roberto Castillo ha compartido su perspectiva sobre el debate en torno al ajuste salarial anual en el país. Según su análisis, implementar un incremento basado únicamente en parámetros porcentuales preestablecidos, como los que oscilan entre el cinco y el diez por ciento, podría tener un efecto contraproducente, intensificando las presiones inflacionarias existentes.

Castillo enfatiza la importancia de abordar esta cuestión desde un enfoque estrictamente técnico y económico, alejado de consideraciones políticas. Para ello, sugiere la conformación de una mesa de diálogo que reúna a los actores clave: la representación de los trabajadores, el sector empresarial privado y las autoridades gubernamentales.

El economista propone que cualquier incremento salarial futuro esté directamente vinculado al aumento de la productividad. Argumenta que no resulta sostenible ni lógico conceder aumentos generalizados, especialmente en empresas con desempeño deficitario. La premisa, según su visión, es que la mejora en la remuneración debe ser un reflejo del incremento en la capacidad productiva o en la generación de valor.

Asimismo, Castillo alerta sobre las posibles consecuencias negativas que podría acarrear un incremento salarial decidido en el contexto actual. Advierte que podría impactar adversamente el empleo formal, generar dificultades adicionales para las empresas y, paradójicamente, estimular la expansión de actividades económicas informales como una estrategia para mantener fuentes de trabajo

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