Una determinación judicial de alto impacto ha ordenado la excarcelación de la expresidenta Jeanine Áñez, quien se encuentra recluida en el penal de Miraflores. La medida surge tras la anulación de su sentencia de diez años en el proceso conocido como “Golpe II” por parte del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), que ha instruido su liberación inmediata.

La defensa legal de la exmandataria ha confirmado que no existen obstáculos adicionales para su salida de prisión, mientras sus allegados se preparan para su retorno. Aunque la orden judicial establece la liberación para el día de hoy, la ejecución de dicho mandamiento podría extenderse como máximo hasta el jueves.

Esta resolución, adoptada por unanimidad por la Sala Plena del TSJ y fundamentada en un recurso de revisión extraordinaria presentado por sus abogados, marca un momento significativo para el sistema judicial boliviano y se inscribe en el contexto de la transición política entre la administración saliente del MAS y el gobierno entrante de Rodrigo Paz Pereira.

El hijo menor de la exmandataria, José Armando Ribera Áñez, expresó su profunda emoción al llegar al centro penitenciario, anticipando el reencuentro con su madre. Subrayó su esperanza de que, en su calidad de expresidenta, sea objeto de una investigación justa, calificando la condena previa como una decisión de índole política. Para él, este fallo simboliza la recuperación de la libertad y la independencia judicial, un logro que considera una victoria para todos los bolivianos.

De igual manera, su hermana, Carolina Ribera Áñez, recibió la noticia con lágrimas de alivio y gratitud. Manifestó que, después de casi cinco años de un encierro que consideró injusto, finalmente se ha hecho justicia. En sus palabras, la justicia ha actuado conforme a derecho, restituyendo los derechos constitucionales de su madre y demostrando que el control total ejercido por el MAS durante dos décadas ha comenzado a ceder, restaurando la confianza en la justicia del país.

El equipo jurídico de Áñez, a través del abogado Luis Adolfo Guillén, detalló que la resolución del TSJ declara la absolución de la expresidenta y anula completamente la sentencia del caso “Golpe de Estado II”, disponiendo su inmediata liberación. Actualmente, se están realizando los trámites para el mandamiento de libertad, a la espera de que el juzgado de ejecución penal notifique al penal de Miraflores, sin que existan, según la defensa, más impedimentos para su excarcelación. La abogada Norka Cuéllar precisó que la decisión se basa en una aplicación incorrecta de la ley durante el proceso y que la nulidad se aplica exclusivamente a la exmandataria, sin extenderse a otros coacusados.

Desde Sucre, el presidente del TSJ, Rómer Saucedo, había confirmado previamente la anulación de la sentencia, enfatizando la necesidad de la liberación inmediata de la exmandataria. Destacó que este fallo envía un mensaje claro de transformación en la justicia, reafirmando el compromiso del tribunal con la protección de derechos, la rectificación de errores y la actuación independiente de cualquier influencia política.

La resolución, que data de principios de octubre, se hizo pública en un momento crucial. Su divulgación coincidió con la ceremonia de entrega de credenciales al presidente electo Rodrigo Paz y al vicepresidente Edmand Lara en Sucre, en preparación para la transmisión de mando programada para el sábado 8 de noviembre. Saucedo, quien ha impulsado una política de revisión judicial desde agosto, recordó que el TSJ había ordenado previamente la verificación de los plazos de detención preventiva de los tres principales implicados en los eventos de 2019: la propia Áñez, Luis Fernando Camacho y Marco Antonio Pumari.

Desde su celda en Miraflores, Áñez emitió un mensaje de serenidad. Reflexionó que, tras cuatro años y medio, el Tribunal Supremo de Justicia ha instruido actuar conforme a derecho. Consideró que no se trata de un triunfo, sino de una reparación; no un regalo, sino un derecho que, aunque tardío, recibe con júbilo y con la convicción de que la justicia ahora ofrece esperanza. Horas antes, había compartido en redes sociales una reflexión sobre su encarcelamiento, afirmando que nunca se arrepentiría de haber servido a su patria cuando fue necesario y que la libertad más profunda no reside en los muros, sino en mantener viva la verdad de sus acciones y motivaciones.

Jeanine Áñez fue detenida en marzo de 2021 y procesada en la jurisdicción ordinaria, a pesar de su condición de exmandataria. Su condena a diez años de prisión por el caso “Golpe II”, bajo la acusación de haber asumido la presidencia de manera inconstitucional tras la renuncia de Evo Morales, se convirtió en uno de los expedientes más representativos de la justicia boliviana. Además del proceso que ahora ha sido anulado, la exmandataria enfrenta otros siete casos, los cuales, según su defensa, deberían ser abordados como juicios de responsabilidades ante el TSJ.

Su inminente liberación simboliza, para muchos, el comienzo de una nueva etapa judicial en Bolivia. Como expresó el presidente Saucedo, el compromiso es rectificar los errores del pasado y asegurar que nunca más se repitan injusticias en nombre de la ley

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