El sector de salud en Tarija busca una reestructuración fundamental en la financiación de sus recursos humanos, gestionando activamente para que el Ministerio de Salud asuma la responsabilidad de 629 ítems de personal que actualmente dependen de la gobernación. Esta iniciativa surge a raíz de la severa insuficiencia económica que atraviesa la entidad departamental, cuyos ingresos han experimentado una drástica disminución.

Las diligencias para esta transición se iniciaron hace un tiempo, con la remisión de numerosas comunicaciones y los informes técnicos pertinentes. El objetivo es lograr la migración de estas plazas a esquemas de financiamiento ministerial o del Tesoro General de la Nación (TGN), asegurando así una mayor estabilidad y seguridad salarial para los trabajadores. La dependencia de fondos nacionales o del TGN ofrece una base económica más sólida, en contraste con las dificultades actuales que enfrentan los ítems departamentales para percibir sus remuneraciones a tiempo.

Mientras se avanza en estas gestiones, que también incluyen la solicitud de más ítems de salud para la región, se ha informado sobre el reciente desembolso de salarios atrasados. Esta semana se procedió al pago de los sueldos correspondientes a agosto para los 629 trabajadores afectados, lo que implicó una inversión de 3.5 millones de bolivianos. La cantidad exacta percibida por cada empleado varía según su nivel de servicio, ya sea de primer o segundo nivel.

Del total de ítems en cuestión, aproximadamente 165 corresponden a la región del Gran Chaco, mientras que el resto opera bajo la administración directa de la gobernación de Tarija. La creación de estos puestos se remonta a un período de bonanza económica, cuando una ley departamental permitió su establecimiento gracias a los cuantiosos ingresos generados por el gas. Sin embargo, con el declive de esa época de abundancia, la capacidad de la gobernación para mantener esta obligación financiera se ha visto seriamente comprometida.

Existe una preocupación creciente sobre el futuro, ya que se anticipa que las regalías podrían desaparecer en los próximos dos o tres años. Esta perspectiva agrava la incertidumbre sobre la sostenibilidad de estos ítems y la subsistencia de los trabajadores. En este contexto, se ha planteado la visión de que todos los funcionarios del sector salud deberían ser financiados por el TGN o el Ministerio, permitiendo que la gobernación concentre sus recursos en la modernización y equipamiento de los centros hospitalarios.

La situación actual del equipamiento médico en el departamento es un reflejo de esta escasez de recursos. Se ha señalado que Tarija depende de un único tomógrafo para atender las necesidades de toda la población, mientras que otras regiones han recibido dotaciones más significativas, como los dos tomógrafos entregados al Gran Chaco. Asimismo, la disponibilidad de un solo equipo de rayos X para el departamento subraya la apremiante necesidad de inversión en infraestructura y tecnología sanitaria

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