La propuesta de alterar el cauce del río Pilcomayo ha generado una profunda preocupación entre las comunidades indígenas y pesqueras de la región. Una iniciativa empresarial, vinculada a este proyecto de desvío de aguas, ha encendido las alarmas, llevando a la Organización de Capitanes Weenhayek de Tarija (ORCAWETA) a manifestar su categórica oposición. La entidad ha advertido sobre las graves repercusiones que esta obra podría tener para la vida de miles de familias que dependen del ecosistema fluvial.
La postura de ORCAWETA es contundente: no se permitirá la realización de ninguna intervención que modifique el curso natural del Pilcomayo. Se ha señalado que una alteración de esta magnitud no solo afectaría a las comunidades Weenhayek, sino también a las poblaciones guaraníes y a todas aquellas cuya subsistencia depende directamente de la actividad pesquera. La pesca, una práctica ancestral y pilar económico fundamental para estas poblaciones, se vería gravemente comprometida, con potenciales impactos devastadores en el ecosistema fluvial y la economía local.
En respuesta a esta situación, ORCAWETA ha formalizado su objeción mediante una comunicación oficial dirigida al poder ejecutivo, en la que se expresa una clara negativa a la ejecución del proyecto de desvío. Esta acción busca dejar constancia de la firme oposición de las comunidades y sentar un precedente ante las autoridades nacionales.
Desde la perspectiva de la organización, la dinámica natural del Pilcomayo, que ha modificado su cauce en temporadas recientes, ilustra la complejidad del sistema hídrico. Se ha observado cómo estos cambios naturales han beneficiado o desafiado a diferentes sectores, lo que subraya la preocupación de que una intervención artificial pueda desestabilizar aún más este delicado equilibrio hídrico y ecológico.
La organización ha indicado que, en caso de que la iniciativa obtenga autorización a nivel nacional, se continuarán las gestiones para presentar ante las autoridades competentes un detallado informe sobre los perjuicios anticipados por la alteración del río. Esto demuestra una firme determinación de escalar la defensa de los derechos de las comunidades y la preservación de los recursos naturales a las más altas instancias, asegurando que la lucha por el Pilcomayo continúe hasta proteger los intereses de las poblaciones indígenas y la sostenibilidad ambiental