Los viticultores del valle central de Tarija enfrentan nuevamente las consecuencias de fenómenos naturales que impactan severamente sus cultivos, generando importantes pérdidas económicas para el sector. La reciente granizada que afectó a comunidades de las provincias Méndez, Cercado y Uriondo causó daños significativos en las plantaciones, situación que ha dejado a los productores en una posición vulnerable y sin el respaldo necesario.

René Adauto, presidente de la Asociación Nacional de Viticultores (ANAVIT), señaló que, dadas las actuales condiciones económicas, no es factible esperar compensaciones por parte de las autoridades regionales o nacionales. En respuesta a esta problemática, la organización tiene previsto colaborar con los nuevos integrantes de la Brigada Parlamentaria para promover la creación de un fideicomiso que otorgue créditos a tasas de interés bajas, con el fin de apoyar a quienes integran la cadena productiva de uvas, vinos y singanis.

El proyecto de ley que se busca impulsar contempla la entrega de préstamos con tasas anuales que no superen el 3%, contrastando con los créditos vigentes que alcanzan entre el 9,5% y el 11,5%, niveles que resultan insostenibles para los productores. Además, Adauto propuso que una parte de los recursos sea destinada a establecer un seguro agropecuario integral que abarque no solo a los viñateros, sino también a otros agricultores y ganaderos afectados por fenómenos climáticos adversos, como granizadas que dañan cultivos y provocan la pérdida de forrajes y animales.

El dirigente también criticó la respuesta lenta y burocrática del Estado ante estos desastres naturales. Recordó que, tras el desborde del río en Uriondo en marzo, los afectados aún no han recibido asistencia, y Defensa Civil no ha realizado evaluaciones de los daños. Por ello, planteó la necesidad de crear una entidad especializada que dependa directamente del Ministerio de Desarrollo Rural y Medio Ambiente para brindar una respuesta más eficaz y oportuna.

Actualmente, los productores solo cuentan con bombas antigranizo que serán distribuidas en las zonas más perjudicadas, aunque reconocen que esta medida es insuficiente para enfrentar los retos que plantea el clima. A pesar de las dificultades financieras y la falta de apoyo, el sector vitivinícola de Tarija mantiene la esperanza y apuesta por fortalecer la industria de exportación, convencidos de que el desarrollo regional está estrechamente ligado al campo y a la producción agrícola local

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