En la antesala de las próximas elecciones generales, se ha disipado la incertidumbre generada por informes no verificados sobre la situación de un alto funcionario del Tribunal Supremo Electoral. Oscar Hassenteufel, quien ocupa la vicepresidencia y ejerce la presidencia interina del organismo electoral, continúa en sus funciones, desmintiendo así los rumores que sugerían su dimisión a menos de un mes de los comicios.
Las especulaciones sobre su supuesta separación irrevocable del cargo fueron desmentidas por un miembro de la Sala Plena, Gustavo Ávila. Este último precisó que el órgano colegiado no ha recibido ninguna notificación de renuncia, sino únicamente una solicitud de licencia por motivos de salud. Ávila aprovechó la ocasión para solicitar respeto ante la proliferación de informaciones sin fundamento en torno a la situación de Hassenteufel.
Dicha licencia médica tiene una duración definida, comenzando en la fecha y extendiéndose hasta el final de la semana. Durante esta ausencia temporal, la vocal Yajaira San Martín asumirá la presidencia en ejercicio, una medida confirmada por el propio Ávila, quien explicó que la Sala Plena determinó esta suplencia dada la función de Hassenteufel como presidente interino.
La difusión de estas informaciones sin fundamento previo a los comicios del 17 de agosto generó inquietud en diversos sectores políticos, quienes expresaron su preocupación por la estabilidad del proceso electoral. Desde Santa Cruz, representantes cívicos, como Stello Cochamanidis, hicieron un llamado a la ciudadanía para mantener una actitud vigilante ante cualquier acción que pudiera desestabilizar el desarrollo de las elecciones. Subrayaron la importancia de que el Órgano Electoral mantenga su operatividad y que el cronograma establecido no se vea afectado, reconociendo el derecho a solicitar una baja por salud y la expectativa de un pronto retorno a las labores.
Asimismo, voces de la Alianza Popular en Santa Cruz, a través de Hugo Valverde, manifestaron su inquietud. Se señaló que una eventual ausencia de los máximos dirigentes del Tribunal Supremo Electoral podría poner en riesgo la integridad del proceso electoral, enfatizando la responsabilidad del organismo de garantizar la transparencia y la democracia en los comicios
