El Viceministerio de Turismo de Bolivia apuesta por desarrollar una actividad turística que respete y preserve los ecosistemas y áreas protegidas, elementos esenciales de la diversidad natural del país. Su objetivo principal es promover un turismo sostenible, concepto que busca equilibrar el crecimiento económico con la conservación ambiental y el bienestar social.
El titular de esta entidad, Andrés Aramayo, reconoce los desafíos que enfrenta el sector, entre ellos la burocracia y la falta de incentivos adecuados para expandir y mejorar los servicios turísticos. Sin embargo, mantiene una postura optimista sobre la posibilidad de posicionar a Bolivia en el mapa turístico global mediante el trabajo conjunto entre gobiernos locales y el sector privado.
La estrategia del Viceministerio se centra en fortalecer una economía basada en servicios, apoyada por la colaboración público-privada y complementada por las áreas culturales y gastronómicas, que representan un patrimonio intangible y un motivo de orgullo nacional. Este enfoque busca no solo atraer inversiones, sino también fomentar un desarrollo armónico con los recursos naturales, promoviendo prácticas que regeneren el medio ambiente y mitiguen los impactos del cambio climático, como la huella hídrica y de carbono.
Entre los principales obstáculos identificados están los efectos negativos del cambio climático, la deforestación, incendios y la gestión inadecuada de áreas protegidas, así como el impacto ambiental de actividades como la minería. Además, se detectó que algunos proyectos turísticos carecen de rentabilidad y que existen prácticas de favoritismo que limitan el desarrollo equitativo de las cadenas productivas.
Para superar estas barreras, el gobierno impulsa una mayor participación de los gobiernos subnacionales y busca erradicar la corrupción, promoviendo un modelo de turismo que distribuya oportunidades de manera más amplia y eficiente, basado en la innovación y la creatividad.
En cuanto a los sectores clave para alcanzar estos objetivos, se destacan ocho eslabones fundamentales dentro de la cadena turística: hotelería, operación turística, turismo comunitario, restaurantes, transporte terrestre y aéreo, servicios gastronómicos y artesanía. La conectividad aérea es un factor crucial, ya que Bolivia enfrenta limitaciones tanto en tierra como en aire. La flexibilización del sector aeronáutico, junto con la reactivación de aerolíneas que habían cesado operaciones, es vital para mejorar la accesibilidad y reducir costos, lo que impacta directamente en la competitividad del destino.
El Viceministerio también ha identificado que la estructura institucional requiere modernización, pasando de un enfoque principalmente fiscalizador a uno orientado a la promoción, difusión y uso de tecnología. La limitada presencia digital de Bolivia como destino turístico es un desafío que se busca superar para aumentar su visibilidad internacional.
Finalmente, se trabaja en la construcción de una nueva imagen país que resalte las oportunidades, el talento y la innovación locales, con el fin de atraer inversiones y fortalecer el sector turístico como motor de desarrollo económico sostenible. Esta transformación busca posicionar a Bolivia como un destino atractivo y responsable, capaz de generar beneficios amplios para sus comunidades y preservar su riqueza natural

