Los agricultores del oriente boliviano han expresado una urgente necesidad de 40 millones de litros de diésel para poder llevar a cabo la cosecha de verano, según lo indicado por el diputado José Luis Porcel. Esta situación se presenta en un contexto donde la escasez de carburante se ha vuelto crítica, amenazando la producción agrícola en Santa Cruz, la región más fértil del país.

Porcel, quien representa a la oposición, subrayó que sin la provisión adecuada de diésel, cultivos esenciales como el arroz, la soya y el sorgo podrían verse gravemente afectados. Esto, a su vez, podría provocar un incremento en los precios de estos productos, particularmente el arroz, un alimento básico para muchas familias bolivianas.

El legislador no dudó en señalar que, de ocurrir una crisis en la producción, la responsabilidad recaerá exclusivamente en el gobierno, que ha fallado en garantizar el suministro necesario de diésel para el sector agrícola. En su análisis, Porcel recordó tiempos difíciles de la historia boliviana, específicamente entre 1982 y 1985, cuando la crisis económica era severa, pero el combustible no escaseaba como ocurre actualmente.

Criticó la gestión actual, afirmando que, a pesar de contar con recursos, el combustible sigue siendo un problema no resuelto. Según él, la falta de transparencia por parte del gobierno respecto a la situación financiera que impide la importación de carburantes está exacerbando la crisis.

Porcel también cuestionó las afirmaciones de la Agencia Nacional de Hidrocarburos (ANH) y Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB), que aseguran que el suministro es normal. Propuso una verificación directa en las estaciones de servicio para comprobar la realidad del desabastecimiento, evidenciado por las largas filas de vehículos, incluidos camiones y buses, que esperan por combustible en Santa Cruz.

La producción agrícola de Santa Cruz representa entre el 40% y el 43% del total nacional, lo que resalta su importancia para el abastecimiento de alimentos en el país. Porcel advirtió que si se pierde esta cosecha, las repercusiones serán severas, no solo para la alimentación humana, sino también para la alimentación del ganado y las aves de corral.

Finalmente, hizo hincapié en que la situación podría complicarse aún más si los legisladores no toman medidas efectivas para abordar el problema, sugiriendo que el tema de la aprobación de créditos por parte del gobierno no está siendo tratado con la urgencia que requiere

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