El reciente encuentro entre los aspirantes a la presidencia, Jorge Tuto Quiroga y Rodrigo Paz, en vísperas de la segunda vuelta electoral, ha sido recibido con una evaluación positiva tanto por parte de la autoridad electoral como de diversos observadores políticos. Este diálogo se caracterizó por un enfoque preponderante en las plataformas programáticas, un contraste marcado con la tónica de señalamientos que predominó en el debate vicepresidencial previo.
Desde el órgano electoral, se calificó la jornada como altamente constructiva. Se subrayó el compromiso de la institución en asegurar un marco de neutralidad, imparcialidad y equidad en la asignación de tiempos, superando las controversias externas que pudieron surgir. Se reconoció que este ejercicio superó las expectativas en comparación con el anterior encuentro de los binomios, atribuyendo parte de esta mejora a la naturaleza y las responsabilidades inherentes al cargo presidencial frente a las vicepresidenciales. Las autoridades electorales elogiaron el nivel de respeto exhibido por ambas fuerzas políticas, destacando su contribución al fortalecimiento del proceso democrático.
Voces del ámbito político elogiaron la compostura de los contendientes y la substancia de sus planteamientos. Se hizo hincapié en que este formato propició un intercambio de ideas más sustancial, en contraste con la aspereza del debate vicepresidencial. Se argumentó que el esfuerzo de los candidatos por centrarse en el contenido benefició directamente a la ciudadanía, que pudo formarse una opinión más informada. Si bien la percepción sobre un ganador o perdedor puede variar, se observó que uno de los aspirantes demostró mayor aplomo al exponer su programa, mientras que el otro recurrió con más frecuencia a la lectura de sus apuntes. No obstante, se apuntó a una convergencia fundamental en sus visiones de Estado, con ambos candidatos resonando con la expectativa de cambio.
En esta línea, otro experto en análisis político señaló que, más allá de las diferencias en el estilo de presentación, las propuestas de los candidatos revelan más puntos en común que divergencias. Se puntualizó que uno de los aspirantes exhibió una postura más incisiva en materia económica, mientras que el otro adoptó un tono más mesurado.
Un tercer analista destacó que este encuentro presidencial logró reencauzar la discusión hacia los asuntos verdaderamente relevantes para el país, un giro necesario después de que el debate vicepresidencial desviara la atención hacia cuestiones secundarias. Se afirmó que el objetivo principal fue alcanzado, permitiendo no solo la identificación de contrastes entre las plataformas, sino también la revelación de una agenda compatible en varios puntos. Asimismo, se puso de manifiesto que, dada la ausencia de una mayoría legislativa para cualquiera de las fuerzas políticas en contienda, ambos futuros líderes se verán obligados a negociar consensos y a priorizar la atención a la coyuntura económica