El reciente encuentro dialéctico entre los aspirantes a la presidencia, Rodrigo Paz Pereira, representante del PDC, y Jorge Tuto Quiroga, postulado por Libre, ha sido evaluado con una perspectiva favorable por parte del máximo organismo electoral del país. Desde esta instancia, se ha considerado el debate como un hito significativo, y sus autoridades han expresado la esperanza de que el poder legislativo establezca por ley la obligatoriedad de estos ejercicios democráticos en futuros comicios.

Más allá de la logística del evento, analistas políticos han desglosado la participación de los candidatos, identificando tanto aciertos como deficiencias. Un punto positivo ampliamente reconocido fue la ausencia de ataques personales o descalificaciones directas. Sin embargo, se señaló que varios temas cruciales no recibieron la atención necesaria, llevando a los contendientes a utilizar las conferencias de prensa posteriores para expandir sus propuestas o realizar precisiones.

Vocales del Tribunal Supremo Electoral, Tahuichui Tahuichi y Francisco Vargas, elogiaron la realización del debate y el compromiso de respeto mutuo exhibido por Paz y Quiroga. Ambos funcionarios coincidieron en la imperiosa necesidad de institucionalizar este formato para todos los procesos electorales venideros, mediante una normativa específica. Una autoridad electoral destacó que, desde la perspectiva del organismo, el debate constituyó un logro considerable al conseguir reunir a ambos candidatos en el estrado, sentando así un precedente importante.

Se aclaró, además, que el ente electoral, en su rol de instancia imparcial, se limita a evaluar la organización del debate, absteniéndose de emitir juicios sobre el desempeño o las exposiciones de los candidatos. Esa valoración, se enfatizó, recae exclusivamente en la ciudadanía, que será la encargada de elegir al próximo mandatario. El vocal Vargas, por su parte, aplaudió la actitud respetuosa de Paz y Quiroga, afirmando que cumplieron con su palabra y contribuyeron al fortalecimiento de la democracia. La coincidencia entre los vocales sobre la importancia de hacer obligatorios los debates mediante ley subraya una tarea pendiente en la Asamblea Legislativa.

Para los especialistas en análisis político electoral, el panorama completo que rodeó al debate –antes, durante y después– ofreció indicios relevantes sobre la situación actual de ambas candidaturas. Un aspecto notorio fue cómo tanto Paz como Quiroga emplearon el posterior encuentro con los medios de comunicación como una extensión del debate, un espacio para clarificar puntos o desarrollar ideas que no pudieron abordar en el tiempo asignado.

La politóloga Ana Lucía Velasco explicó que muchos temas, dada su complejidad, demandaban mayor tiempo y explicación. Al quedar incompletos durante el debate, los candidatos aprovecharon las ruedas de prensa para ofrecer una exposición más detallada. Un momento que capturó la atención pública y generó reacciones fue la declaración final de Paz, quien instó a la ciudadanía a votar libre. Minutos después, el mismo candidato aclaró a la prensa que su intención era promover el voto por la libertad, mientras que Quiroga, en un gesto de agradecimiento, invitó a quienes se identificaban con esa postura a escuchar el mensaje.

El experto en política Fabián Yacsik criticó la reiteración de la metodología empleada en el debate vicepresidencial, donde los moderadores se limitaron a leer preguntas y controlar los tiempos. Aunque se evitó la confrontación directa con adjetivos, Yacsik observó la presencia de alusiones personales, particularmente por parte de Paz, y la formulación de promesas populistas en áreas sensibles como la distribución de recursos. Citó como ejemplo la propuesta de Paz de un 50/50 y la reacción de Quiroga, quien elevó la oferta a un 62% para salud y educación sin una explicación detallada de su viabilidad.

Finalmente, el politólogo Carlos Cordero consideró que el debate tuvo un ganador en la forma en que se presentó ante el país, destacando el lenguaje coloquial utilizado por el candidato Quiroga para atraer votantes y su enfoque en un público específico durante las casi dos horas de discusión. Cordero señaló que Quiroga se dirigió a segmentos de la población que no constituyen su electorado tradicional, como las zonas rurales y las minorías más vulnerables, mientras que Paz dedicó parte de su intervención a intentar desestabilizar a Quiroga, lo que, según el analista, le restó tiempo para desarrollar sus propias propuestas

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