Después de casi tres décadas sin funcionar, el tren de pasajeros del Ferrocarril Arica–La Paz retomó sus operaciones, realizando un trayecto de 71 kilómetros entre Alcérreca, en Chile, y Visviri, localidad fronteriza que conecta con Bolivia. Esta iniciativa fue impulsada por EFE Arica–La Paz, filial de la Empresa de los Ferrocarriles del Estado chileno, y ha reabierto el debate sobre el potencial de esta ruta como corredor turístico y productivo binacional.

El recorrido reunió a autoridades regionales, operadores turísticos de ambos países, representantes de organismos vinculados al turismo y seguridad, así como miembros del gobierno regional chileno. La vía férrea, inaugurada en 1913 con el propósito de conectar la región occidental de Bolivia con el puerto de Arica, es vista por sus promotores como una herramienta clave para la integración y el desarrollo regional.

Partiendo desde la estación Alcérreca, situada a casi 4.000 metros sobre el nivel del mar, el tren avanzó hacia Visviri, permitiendo evaluar el estado de la infraestructura y abrir la posibilidad de una nueva etapa para fortalecer la conexión en esta zona del altiplano compartida por ambos países.

El presidente de EFE, Eric Martin, resaltó que la región está experimentando un proceso de reactivación ferroviaria enfocado en el turismo y aseguró que la infraestructura se encuentra en condiciones seguras para operar. Asimismo, señaló el interés por extender esta experiencia hacia Visviri y eventualmente hacia territorio boliviano, con el objetivo de posicionar la ruta como un atractivo turístico internacional.

Por su parte, el alcalde de General Lagos, Alex Castillo, destacó que esta reapertura representa una oportunidad concreta para el desarrollo de las comunidades altiplánicas, vislumbrando la creación de un circuito turístico de alto valor en la zona.

El Ferrocarril Arica–La Paz, concebido hace más de un siglo como un proyecto de integración entre Chile y Bolivia, vuelve a cobrar relevancia no solo como patrimonio histórico, sino como un eje para impulsar actividades turísticas y productivas. En este contexto, el cónsul general chileno en Bolivia subrayó la importancia estratégica de extender el servicio ferroviario hacia Bolivia, resaltando el potencial para atraer turistas internacionales y fomentar la creación de circuitos binacionales que impulsen la conectividad y el desarrollo conjunto.

El viaje piloto constituye el primer paso en un proceso de evaluación técnica, operativa y turística que podría reactivar una infraestructura clave del altiplano. De concretarse, el tren retomaría su papel fundamental como un vínculo económico, cultural y turístico, uniendo comunidades y generando nuevas oportunidades en ambos lados de la frontera

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