La escasez de combustibles continúa generando una profunda preocupación en el sector del transporte a nivel nacional, con choferes pernoctando en estaciones de servicio a la espera de diésel y gasolina. La situación, descrita como crítica por los representantes del gremio, se anticipa que persistirá a corto plazo, lo que ha llevado a un llamado urgente de medidas al próximo gobierno, cuya asunción está prevista para el 8 de noviembre, tras la segunda vuelta electoral.
En regiones como Tarija y otras partes del país, la incertidumbre sobre el abastecimiento de carburantes sigue afectando la dinámica económica. Gabriel Pérez, ejecutivo de la Federación del Autotransporte 15 de Abril, ha señalado la gravedad del panorama, donde los transportistas se ven obligados a pasar la noche en las filas para poder cargar sus vehículos. Pérez advirtió que la normalización del suministro no será inmediata, atribuyendo la problemática a una profunda crisis económica, caracterizada por la escasez de dólares y una política energética debilitada. En su análisis, el gobierno saliente ha dejado una economía con serias deficiencias financieras, recayendo el impacto directo sobre los transportistas.
Esta coyuntura ha revivido el debate sobre la sostenibilidad del modelo de subvención estatal a los carburantes. Pérez lamentó la ausencia de propuestas claras por parte de los candidatos presidenciales para abordar este tema, que representa una de las mayores presiones sobre las finanzas públicas. Si bien reconoció la delicadeza del subsidio, citando el ejemplo de conflictos sociales en Ecuador tras su eliminación, también subrayó que su mantenimiento sin un control adecuado seguirá propiciando el desabastecimiento.
El dirigente enfatizó la necesidad de que la nueva administración adopte una decisión estratégica respecto a los carburantes. La falta de divisas para la importación no solo afecta directamente al transporte, sino que también repercute en la cadena de abastecimiento de alimentos, generando retrasos en la entrega y un incremento en los precios, cuyas consecuencias finales recaen sobre el ciudadano.
La dificultad se extiende a otras regiones clave. En Santa Cruz, los transportistas federados también enfrentan jornadas de largas esperas en las estaciones de servicio. Ante este escenario, Bismark Daza, dirigente del sector en Santa Cruz, ha convocado a un ampliado departamental para definir posibles acciones de presión si el suministro no se normaliza de manera expedita.
Por su parte, Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) ha reconocido que el abastecimiento no está garantizado al cien por cien, atribuyendo esta situación a la escasez de divisas. La empresa estatal ha indicado que la disponibilidad de combustible importado depende directamente de la liberación de los dólares necesarios por parte del Ministerio de Economía