El departamento de Potosí ha sido escenario de intensas precipitaciones, crecidas de ríos y granizadas, eventos meteorológicos que han provocado un significativo impacto en diversas comunidades. Un recuento preliminar revela que 205 familias, distribuidas en diez comunidades, han sufrido directamente el embate de estas inclemencias. La agricultura, pilar económico de la región, ha visto comprometidas 140 hectáreas de cultivos, y la ganadería reporta la lamentable pérdida de ocho cabezas de ganado.

La gravedad de la situación se manifestó trágicamente con el fallecimiento de una menor de diez años, quien fue arrastrada por la corriente del río Sarcuri en el municipio de Arampampa, un suceso que subraya la peligrosidad de las crecidas fluviales en la zona.

Los daños más extensos se concentran en cuatro municipios clave. En Llallagua, sesenta núcleos familiares se vieron afectados, con extensas áreas de cultivos de hortalizas completamente anegadas. Por su parte, en Llollalla, setenta familias enfrentaron perjuicios, y sus plantaciones de maíz, papa y hortalizas sufrieron considerables deterioros a causa de las granizadas.

El municipio de Betanzos reporta una de las cifras más altas de damnificados, con 155 familias impactadas por las tormentas de granizo, que arrasaron cultivos esenciales como papa, haba, hortalizas y frutales. Finalmente, en Villazón, sesenta familias padecieron las consecuencias de los eventos adversos, que resultaron en la pérdida de cultivos de cebolla, maíz y papa, además de las ocho cabezas de ganado mencionadas.

Ante este panorama, el Servicio Nacional de Meteorología e Hidrología (Senamhi) mantiene una alerta de prioridad naranja para las regiones norte, centro y sur del departamento, anticipando la continuidad de lluvias y granizo. Se ha emitido una exhortación a la población para que extreme las precauciones, especialmente a aquellos residentes en las riberas de los ríos, dada la persistente amenaza de desbordamientos