La ciudad de Tarija se alista para el culmen de su tradicional Fiesta de San Roque, con la procesión final conocida como el encierro. Este martes, se anticipa la participación de al menos 9.000 chunchos promesantes, quienes recorrerán el casco antiguo en una manifestación de fe y cultura.

A esta multitud de promesantes se unirán los cañeros, quenilleros, tamborilleros y alféreces, figuras esenciales de esta celebración religiosa que fue reconocida por la Unesco a finales de 2021 como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad. La festividad, que se inicia cada 16 de agosto, es un pilar de la identidad tarijeña.

Los chunchos, con sus distintivos turbantes multicolores adornados con plumas y su vestimenta característica, son el corazón visual de la fiesta. Cada uno porta en su mano izquierda una flecha decorada con plumas vibrantes, utilizada para marcar el ritmo de su singular danza, que resuena al compás de las quenillas, los tambores y la caña, un instrumento típico de la región de Tarija.

La expectativa para la edición de este año es alcanzar la cifra de 9.000 promesantes, un incremento notable respecto a los 8.600 que participaron en el encierro del año anterior. Este crecimiento constante subraya la vitalidad de la tradición y la profunda devoción. Se ha observado que el número de participantes en la Fiesta Grande de Tarija, dedicada a San Roque para implorar protección contra las enfermedades, aumenta anualmente. Las autoridades municipales, a través de la dirección de Turismo y Cultura, han implementado el uso de drones para realizar un conteo preciso de los promesantes a lo largo del trayecto, una medida que busca cuantificar la magnitud de esta expresión cultural.

El compromiso de cada chuncho promesante se manifiesta en un juramento personal al Santo Patrono. Esta promesa, arraigada principalmente en la búsqueda de la salud y el bienestar, se considera un acto de fe profunda. Los participantes enfatizan que la autenticidad de la devoción es clave, diferenciándola de una mera participación por aventura. Un devoto con más de cinco décadas de ininterrumpida presencia en la festividad ha sido testigo de la fuerza de esta creencia desde 1971.

Para esta última procesión, los chunchos promesantes iniciarán su recorrido a las 10:00 desde el atrio de la Iglesia de San Roque. La ruta los llevará a través de diversas calles, pasando por otras iglesias, la emblemática Plaza Luis de Fuentes y el Hospital San Juan de Dios. Se estima que el encierro de la festividad, que marca su conclusión, tendrá lugar durante las horas de la noche, tras el extenso peregrinaje.

Además de los promesantes, miles de devotos de la población civil se sumarán a esta actividad religiosa. La celebración no solo representa la sanación de enfermedades en el presente, sino que también honra la memoria de San Roque, quien en el pasado es recordado por su protección a los enfermos de lepra, consolidando así un legado de esperanza y fe

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