A tan solo un mes de que la ciudadanía boliviana se dirija a las urnas para definir la próxima presidencia, el panorama político se ha visto dominado por una escalada de reproches mutuos, relegando a un segundo plano cualquier compromiso de campaña basado en propuestas. La contienda electoral de segunda vuelta enfrenta a Rodrigo Paz Pereira, representante del Partido Demócrata Cristiano (PDC), y a Jorge “Tuto” Quiroga, de la Alianza Libre. Con el tiempo apremiando, la dinámica de la campaña se ha centrado más en la descalificación que en la exposición de planes de gobierno, una tendencia que se replica en diversas regiones del país, incluyendo Tarija.

El pacto de no agresión, previamente suscrito entre Paz y Quiroga ante el Tribunal Supremo Electoral, parece haber sido dejado de lado. Aunque los candidatos principales evitan confrontaciones directas, sus respectivos equipos y figuras afines han intensificado una campaña centrada en la descalificación del oponente.

En el ámbito regional, específicamente desde Tarija, el gobernador Oscar Montes ha manifestado su apoyo a la postulación de Jorge Quiroga, al mismo tiempo que ha cuestionado la idoneidad de Rodrigo Paz para liderar la nación, especialmente en un período de desafíos económicos. De manera similar, en la Región Autónoma del Chaco, un asambleísta departamental, quien también se alinea con la candidatura de Quiroga, ha reportado un incremento en las adhesiones de diversos sectores de cara a la segunda vuelta. Desde esta perspectiva, se ha planteado que la elección se reduce a dos caminos: la continuidad de un modelo asociado a una fuerza política previa, encarnada en la propuesta del PDC, o la opción de un cambio que, según sus partidarios, la Alianza Libre representa para garantizar la estabilidad política del país.

Por su parte, la campaña de Rodrigo Paz ha recibido el espaldarazo de diversas figuras políticas locales, quienes han articulado un discurso en torno a la conveniencia de que un oriundo de Tarija asuma la presidencia. Un ex cónsul de Bolivia, por ejemplo, ha resaltado la relevancia de Paz en el escenario político, presentándolo como un símbolo de renovación. Se le ha descrito como una figura emergente en comparación con los perfiles políticos predominantes en las últimas dos décadas, destacando su origen familiar, su pertenencia a la clase media y una trayectoria política de veinte años, diez de los cuales se desarrollaron en Tarija. En este contexto, se ha instado a la ciudadanía a considerar su experiencia más allá de su gestión como alcalde. En consonancia con este sentimiento, una reconocida cantautora de la región ha manifestado su deseo de ver a Paz en la máxima magistratura, fundamentando su postura en el conocimiento de su entorno familiar y su recorrido político.

A nivel nacional, la candidatura de Paz ha recibido el apoyo público de un excandidato presidencial de relevancia. No obstante, en Tarija, algunos de los aliados de este último han optado por mantener una posición de reserva, sin adherirse explícitamente a Paz ni manifestar su respaldo a Quiroga

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