La región de Tarija enfrenta un desafío crítico en materia de salud mental, al registrar la tasa más elevada de intentos de suicidio a nivel nacional, según revelan estadísticas recientes. Este dato, calificado como alarmante por especialistas, demanda una intervención urgente, incluso considerando posibles ajustes por densidad poblacional, ya que la provincia se mantiene en la primera posición.
Ante esta preocupante situación, el Instituto Nacional de Prevención, Tratamiento y Rehabilitación de Drogodependencias y Salud Mental (INTRAID) ha intensificado sus programas preventivos. Estas iniciativas se han centrado principalmente en el ámbito educativo, dirigiéndose a adolescentes que cursan entre tercero y quinto de secundaria. Recientemente, se llevó a cabo un encuentro de diálogo con jóvenes, donde profesionales de la psicología y la psiquiatría abordaron las transformaciones biológicas, psicológicas y emocionales inherentes a esta etapa de la vida, ofreciendo orientación terapéutica y un enfoque multidisciplinario.
Expertos del INTRAID señalan que las complejidades derivadas de conflictos sociales y socioeconómicos han generado fracturas en el entorno familiar y afectivo. Estas rupturas impactan directamente la salud mental de los adolescentes, erosionando la confianza en sus figuras parentales y dificultando su capacidad para buscar y aceptar ayuda cuando la necesitan.
Durante los espacios de interacción con los jóvenes, surgieron interrogantes que evidencian la magnitud de esta crisis emocional. Los adolescentes expresaron inquietudes sobre a quién recurrir en ausencia de confianza con sus padres, así como la dificultad de asistir a un amigo que confiesa pensamientos suicidas sin traicionar su confidencialidad. Estas reflexiones subrayan la imperiosa necesidad de establecer y fortalecer entornos de escucha activa, confianza y acompañamiento emocional para la juventud