El sector de la construcción ha solicitado a las nuevas autoridades del país la ampliación del decreto de estabilización de precios, con el objetivo de incluir una actualización específica para los materiales de producción nacional. Esta demanda surge en un contexto donde, a pesar de una aparente estabilidad en los precios generales tras la reciente asunción presidencial, los costos de los insumos para la construcción continúan en aumento.
Según representantes del sector, los materiales nacionales han experimentado incrementos significativos en sus precios. Por ejemplo, el costo del cemento ha pasado de un rango de 45 a 48 bolivianos a situarse entre 70 y 75 bolivianos por unidad. Situaciones similares se presentan en productos como ladrillos y cerámicos, elementos esenciales para las obras tanto públicas como privadas.
El sector considera fundamental que se realice una actualización urgente de los precios para evitar impactos negativos en la actividad constructora. Se espera que, con la conformación completa del nuevo gabinete ejecutivo, se puedan iniciar las gestiones necesarias para atender esta problemática que afecta directamente a un área que genera aproximadamente 1,5 millones de empleos entre obreros y profesionales en todo el país. La paralización de proyectos podría derivar en despidos masivos, incluyendo a ingenieros y otros especialistas que lideran estos trabajos.
En cuanto a las expectativas frente al nuevo gobierno, se destaca la necesidad de impulsar obras de infraestructura que han sido postergadas durante años. En particular, se subraya la importancia de avanzar en la construcción de la presa El Carrizal, considerada una obra estratégica por su capacidad para generar energía y beneficiar tanto al departamento como al país en general. Esta iniciativa representa un desafío prioritario para las nuevas autoridades.
Por otro lado, los datos del Instituto Boliviano de Comercio Exterior reflejan una significativa disminución en la importación de materiales de construcción entre 2015 y 2024. Después de alcanzar un máximo superior a los 1.222 millones de dólares en 2016, el valor de las importaciones ha descendido hasta los 272 millones en 2024, la cifra más baja registrada en este periodo. En términos de volumen, la reducción es igualmente notable, pasando de más de 1,2 millones de toneladas en 2016 a apenas 345.537 toneladas en 2024.
Esta caída afecta principalmente a insumos estratégicos como barras de hierro o acero sin alear, que constituyen el rubro más importado dentro del sector, además de perfiles y tubos de acero, materiales esenciales para cualquier proyecto de construcción civil. Esta tendencia plantea desafíos adicionales para la industria local, que debe enfrentar el aumento de costos y la reducción de insumos importados


