La selección boliviana Sub-17 emprendió su viaje este jueves desde Santa Cruz de la Sierra con destino a Doha, Catar, para afrontar el Mundial que se disputará en noviembre. Este acontecimiento marca un hito significativo, pues la selección juvenil regresa a una competición global de esta envergadura después de más de tres décadas de ausencia.
La travesía que aguarda a los jóvenes futbolistas es considerable. Les esperan más de dieciséis horas de vuelo y múltiples escalas, incluyendo una parada en São Paulo, Brasil, antes de proseguir su camino hacia suelo qatarí. A pesar del extenso recorrido, el ánimo dentro del grupo se mantiene elevado, reflejando una palpable motivación.
Previo a esta partida internacional, el equipo retornó de Buenos Aires, donde llevó a cabo una serie de encuentros amistosos de preparación frente a diversos clubes argentinos. Esta gira fue fundamental para pulir los aspectos tácticos y fortalecer la unidad del conjunto que representará a la nación en la cita mundialista.
La dirección técnica del plantel está a cargo de Jorge Perrotta, quien opera bajo la atenta supervisión de Óscar Villegas, el entrenador de la selección absoluta. Ambos cuerpos técnicos han colaborado estrechamente para asegurar que la base juvenil mantenga una coherencia en la línea de juego y la filosofía futbolística promovida por la Federación Boliviana de Fútbol. Desde la dirección técnica, se ha subrayado la entrega y la disciplina del grupo, transmitiendo confianza en su capacidad para competir. La expectativa por el inicio del torneo es alta entre los jugadores, quienes demuestran un gran entusiasmo.
Tras su llegada a Catar, la representación nacional tomará un vuelo adicional hacia Emiratos Árabes Unidos, donde disputará dos partidos amistosos de preparación contra las selecciones de Emiratos Árabes Unidos y Corea del Sur. Estos encuentros son cruciales para que el equipo alcance el ritmo y la confianza óptimos antes de su debut mundialista. Jugadores clave, como el mediocampista Jesús Maraude, han reflejado el compromiso colectivo, afirmando que la preparación ha sido exhaustiva y que el deseo de representar a Bolivia con orgullo es unánime. Maraude es considerado uno de los pilares de una generación que destaca por su talento y disciplina.
El primer desafío para la Verde será el lunes 3 de noviembre a las 8:30 hora boliviana, cuando se mida a Sudáfrica. Posteriormente, enfrentará a Italia el 6 de noviembre a la misma hora, un rival de gran calibre y actual campeón europeo. La fase de grupos concluirá el 9 de noviembre a las 11:30 hora boliviana, con un encuentro ante el anfitrión, Catar.
La expectativa es palpable. Bolivia vuelve a un Mundial Sub-17 después de treinta y ocho años con un propósito claro: competir con carácter, evidenciar el progreso del fútbol formativo en el país y honrar el nombre de la nación. La selección juvenil aspira a forjar un nuevo capítulo en la historia del balompié boliviano

