La inminente juramentación de Rodrigo Paz Pereira como el sexagésimo octavo presidente de la nación lo posiciona en un selecto grupo de líderes cuyo camino a la presidencia fue precedido por el de sus propios padres. Paz Pereira, hijo de Jaime Paz Zamora y Carmen Pereira, se prepara para asumir el cargo el próximo 8 de noviembre, consolidando un legado familiar en la política boliviana. Su vínculo con la esfera pública se extiende aún más, al ser pariente del célebre Víctor Paz Estenssoro, quien ocupó la presidencia en cuatro ocasiones. Con su ascenso, Tarija consolida su aporte a la cúpula política nacional, marcando la tercera ocasión en que un miembro de la estirpe Paz de esa región ocupa la presidencia.

Un exhaustivo recuento histórico, que abarca desde la fundación del país hasta su bicentenario, revela siete casos de mandatarios con lazos familiares directos o indirectos con anteriores jefes de Estado. De estos, cuatro son hijos directos de expresidentes, mientras que los tres restantes mantienen un parentesco por descendencia o matrimonio.

El primer registro de un hijo de expresidente en el cargo se remonta a Adolfo Ballivián, el décimo octavo presidente, quien gobernó entre mayo de 1873 y enero de 1874. Su gestión, que se extendió por ocho meses, lo identificó como hijo del Mariscal José Ballivián, vencedor de Ingavi y también exmandatario.

El fenómeno de la sucesión familiar reaparece en el siglo XX con la figura de Hernán Siles Suazo, el cuadragésimo sexto presidente. Siles Suazo ocupó la presidencia en dos periodos no consecutivos, primero en 1956 y luego en 1982, gestión esta última que culminó con su renuncia. Era hijo del también expresidente Hernando Siles. Un caso particular dentro de esta línea es el de Luis Adolfo Siles Salinas, el cuadragésimo noveno presidente, quien era hermano de Hernán Siles por parte de padre, siendo ambos hijos de Hernando Siles. Este es el único precedente en la historia nacional donde dos hermanos, ambos hijos de un exmandatario, lograron ascender al más alto cargo del Estado.

Más allá de los lazos filiales directos, la historia política del país también registra casos de descendencia o parentesco indirecto en la jefatura de Estado. Carlos Blanco Galindo, el trigésimo segundo presidente, fue descendiente de Pedro Blanco, quien también ocupó la presidencia. Hugo Ballivián, el cuadragésimo cuarto presidente, se identificó como descendiente directo del Mariscal José Ballivián. Finalmente, Jorge Córdova, el décimo tercer presidente, estuvo casado con una de las hijas del presidente Manuel Isidoro Belzu, completando así el grupo de figuras que, por diversos vínculos familiares, llegaron a ocupar la máxima magistratura del país en distintas épocas

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