En medio de un panorama complicado por la falta de combustible y divisas, el presidente de la Asociación de Productores de Oleaginosas y Trigo (Anapo), Fernando Romero, ha solicitado al gobierno que permita la exportación de grano de soya y asegure el suministro de combustible, con el fin de salvaguardar la cosecha de verano.

Romero ha manifestado su inquietud respecto a la decisión gubernamental de suspender la libre exportación de soya a partir del 1 de enero de 2025. Este cambio, según él, amenaza el trabajo de más de 14,000 productores que se esfuerzan por garantizar la seguridad alimentaria y generar ingresos en divisas para el país.

El dirigente subrayó la necesidad de que Bolivia pueda exportar, enfatizando que la falta de dólares y carburantes afecta a todos los involucrados en la producción. Además, recordó que esta decisión contraviene el Decreto Supremo 3920 de 2019, que permite la liberación del 60% de la producción anual de soya del año anterior.

La situación se agrava con la escasez de diésel, lo que pone en riesgo la cosecha de alrededor de 2.5 millones de toneladas de soya y 600,000 toneladas de maíz. Romero alertó que la insuficiencia de combustible podría derivar en pérdidas de más de 1,500 millones de dólares en exportaciones.

Aunque el gobierno ha prometido implementar medidas para asegurar el suministro de diésel al sector agrícola, los productores demandan acciones concretas y rápidas. Romero insistió en que las promesas deben materializarse en soluciones efectivas que permitan a los pequeños y medianos productores acceder al combustible durante la cosecha.

Asimismo, mencionó que el gobierno ha presentado una propuesta para facilitar el acceso a diésel a un precio diferenciado, aunque los productores aún están en proceso de evaluar los detalles. También se han planteado alternativas desde el sector privado, que ofrecen precios entre 12 y 14 bolivianos por litro, con disponibilidad inmediata.

El sector productivo sigue insistiendo en la necesidad de liberar las exportaciones y asegurar el suministro de diésel para evitar una crisis en la cosecha. Romero destacó que la incertidumbre es uno de los problemas más graves, ya que muchos productores han entregado su soya sin conocer el precio final, lo que genera inestabilidad. Para regular los precios, es fundamental permitir las exportaciones y aumentar la producción.

Actualmente, la cosecha avanza a un 20%, y los productores consideran que podría ser una campaña favorable si se garantiza el abastecimiento de insumos. Sin embargo, la falta de medidas inmediatas podría transformar esta incertidumbre en una crisis que impacte negativamente la economía nacional.

Romero reafirmó que tanto pequeños como medianos y grandes productores han cumplido con su compromiso hacia el país, invirtiendo recursos y esfuerzos para asegurar la seguridad alimentaria y generar excedentes para la exportación

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