Una exhaustiva investigación ha puesto al descubierto una presunta red criminal que involucra a miembros de las fuerzas del orden bolivianas con el fugitivo Yasser Andrés Vásquez Cardona, conocido como ‘Coco Vásquez’, y un grupo de sicarios responsables de al menos trece homicidios, entre ellos el de Edgar Dorado, alias ‘El Jefe’.
Los hallazgos, derivados de un minucioso análisis de registros de llamadas telefónicas, han permitido elaborar un detallado esquema de conexiones que identifica a veintiocho individuos. Estos son considerados posibles autores intelectuales y materiales, así como cómplices, en el asesinato de ‘El Jefe’, quien fue ultimado a tiros el 27 de julio en Santa Ana de Yacuma, una localidad del departamento de Beni.
La base de esta pesquisa se asienta en el análisis forense digital de seis teléfonos celulares, incautados a los primeros tres detenidos en el marco de la investigación. De particular relevancia fue la extracción de datos de un dispositivo perteneciente a Neogelio Evandro Marmitt Da Silva, un ciudadano brasileño de 52 años. Tras obtener la autorización voluntaria, se logró acceder a una vasta cantidad de información, incluyendo números telefónicos, conversaciones, patrones de llamadas, imágenes y videos, que revelan actividades relacionadas con la comercialización de armas de fuego y municiones de diversos calibres.
La evidencia recabada sugiere la implicación directa de varios ciudadanos bolivianos. Documentos relacionados con la investigación mencionan específicamente a dos militares y un capitán de la Policía Boliviana. Estos oficiales, quienes prestaban servicio en unidades del Beni, próximas a Santa Ana de Yacuma, meses antes y durante la fecha del crimen de ‘El Jefe’, son señalados por su presunta participación en esta organización. Se cree que su rol consistía en proporcionar armamento letal para facilitar operaciones ilícitas en distintas regiones del oriente boliviano.
Los funcionarios policiales identificados en este entramado son el capitán Franz Chávez y el suboficial Ovidio Paredes. Por parte de la Armada, los nombres que surgen son Josué Apaza, Jhilmar Condorena, Kevin Tumiri y José Barbosa.
Adicionalmente, los informes de las compañías de telecomunicaciones confirman que estos uniformados no solo mantenían comunicación con Marmitt, sino también con ‘Coco Vásquez’ y dos de los sicarios de su organización: los hermanos Erick y Oswaldo Hurtado Aguilera. Estos últimos tres individuos son los principales sospechosos de ser los autores materiales del homicidio de ‘El Jefe’, quien fue asesinado dentro de su vehículo en una calle de Santa Ana de Yacuma a las 14:10 del 27 de julio. Un acompañante de Dorado resultó herido en el ataque, pero logró sobrevivir gracias a la pronta atención médica.
Los datos de geolocalización de las antenas de telefonía móvil corroboran que tanto ‘Coco Vásquez’ como los hermanos Hurtado Aguilera estuvieron en constante comunicación minutos antes del atentado, muy cerca del lugar donde ‘El Jefe’ se encontraba almorzando. Los informes de inteligencia también incluyen grabaciones de cámaras de seguridad que muestran a un grupo de siete sicarios armados llegando al sitio en dos vehículos, los cuales, según testimonios de testigos presenciales, eran propiedad de ‘Coco Vásquez’.
En cuanto al trasfondo del crimen, Edgar Dorado, alias ‘El Jefe’, era un fugitivo de la justicia, implicado en el asesinato de tres policías ocurrido el 21 de junio de 2022 en el departamento de Santa Cruz, un hecho por el cual Misael Nállar ya ha sido condenado. Actualmente, por el asesinato de ‘El Jefe’, se encuentran detenidos el boliviano Franco Dorado y los ciudadanos brasileños Hidelbrando Rodríguez Da Silva y Neogelio Marmitt.
Información adicional sugiere que existían rivalidades entre Misael Nállar y ‘Coco Vásquez’. Durante el traslado de los detenidos al Centro de Rehabilitación de Mocoví, uno de ellos manifestó que las disputas se originaban en el supuesto intento del grupo de Nállar de incursionar en Santa Ana con el objetivo de controlar la localidad

