La culminación de una prolongada disputa legal en Canadá resultó en la eliminación sanitaria de más de 300 avestruces en una granja de la Columbia Británica. La operación se llevó a cabo durante la noche del jueves, marcando el desenlace de un conflicto que captó la atención de diversas personalidades y activistas.
El destino de las aves fue el centro de una batalla judicial que se extendió por meses, atrayendo el apoyo de figuras inesperadas. Entre los defensores de los avestruces se encontraban un multimillonario estadounidense, activistas canadienses críticos con ciertas políticas sanitarias, y un conocido abogado y activista de Estados Unidos. Incluso un célebre médico ofreció adoptar a los animales, aunque sus esfuerzos no lograron alterar el curso de los acontecimientos.
Los sonidos de disparos se escucharon en el recinto donde las aves estaban confinadas la noche del jueves. La familia propietaria de la granja, Universal Ostrich Farms, confirmó a la mañana siguiente que los avestruces habían sido sacrificados. Posteriormente, las autoridades de inspección alimentaria ratificaron la realización de la medida. La propietaria de la explotación expresó su profundo pesar y consternación por la decisión.
La orden de sacrificar a los avestruces se emitió a finales del año pasado, tras la detección de gripe aviar (H5N1) en dos ejemplares, en el contexto de un brote que ya había causado la muerte de 69 aves. Los dueños de la granja, que se dedican a la cría de avestruces tanto para consumo como para investigación médica, agotaron todas las vías legales disponibles para revertir la directriz de la Agencia Canadiense de Inspección Alimentaria (CFIA). El litigio escaló hasta la Corte Suprema de Canadá.
Sin embargo, el máximo tribunal del país desestimó el caso en la mañana del jueves, allanando el camino para la ejecución de la orden. Fallos anteriores de tribunales inferiores ya habían respaldado la postura del gobierno canadiense, argumentando que la agencia actuaba dentro de su mandato para proteger la salud pública. En las horas previas al sacrificio, decenas de personas se congregaron en las instalaciones de Universal Ostrich Farms para manifestar su oposición a la inminente medida

