Concluido el proceso electoral y divulgados los resultados preliminares, los dos principales aspirantes a la presidencia abordaron las estrategias empleadas durante la campaña, denunciando la prevalencia de tácticas de desprestigio mutuo e instando a la erradicación de tales prácticas en futuras contiendas. Rodrigo Paz Pereira, el presidente electo, subrayó la necesidad imperante de establecer una regulación para estos comportamientos, especialmente en vista de las próximas elecciones subnacionales.

El futuro mandatario reflexionó sobre el período preelectoral, indicando que lo que inicialmente representaba esperanza y convicción se vio ensombrecido por una campaña de ataques, a menudo percibida como una estrategia importada y ajena a la dinámica política boliviana. En este contexto, enfatizó la importancia de defender la integridad de la democracia nacional frente a injerencias externas.

De manera similar, su adversario, Jorge Tuto Quiroga, también afirmó que su candidatura fue objeto de una campaña difamatoria. Quiroga destacó que su compañero de fórmula para la vicepresidencia, Juan Pablo Velasco, fue la principal víctima de estas arremetidas. Velasco, al compartir su experiencia, expresó haber realizado sacrificios personales considerables y haber expuesto aspectos de su vida que nunca anticipó. Relató haber soportado ataques, difamaciones y falsedades, así como la exposición de su entorno familiar, aunque manifestó no tener remordimientos por su participación.

A pesar de las críticas sobre las tácticas empleadas, ambos contendientes coincidieron en que la fase electoral ha concluido y que ahora es fundamental enfocar los esfuerzos en el progreso del país. Paz Pereira extendió una invitación a cualquier representante o legislador que desee colaborar con su partido, señalando así el inicio de negociaciones destinadas a conformar una sólida representación parlamentaria