La Federación Departamental de Panificadores de Tarija ha asegurado que el precio del pan se mantendrá en 1 boliviano, desestimando rumores sobre un incremento en su costo. La confusión surgió tras un comunicado de la Oficina de Defensa del Consumidor que insinuaba un aumento en el precio del producto. En respuesta, la federación aclaró que, en lugar de un aumento, se introducirá un nuevo tipo de pan al mercado, con un costo de 1,50 bolivianos, que ofrecerá una opción adicional a los consumidores.
El presidente de la federación, Dilbert Flores, criticó al Viceministerio de Defensa de los Derechos del Usuario y Consumidor por contribuir a la desinformación. Aclaró que el pan tradicional de 1 boliviano, que pesa entre 70 y 75 gramos, seguirá disponible, mientras que el nuevo producto pesará entre 90 y 100 gramos y tendrá una receta diferente. Flores enfatizó que la decisión de compra recaerá en los consumidores.
Flores también expuso que los costos de producción han aumentado considerablemente en la última década y que, a pesar de la inflación, los precios del pan no han sido ajustados. Desde hace dos años, la federación ha alertado a las autoridades sobre la necesidad de un ajuste en los precios, especialmente porque Tarija no recibe subsidios de harina de la Empresa de Apoyo a la Producción de Alimentos (Emapa).
El sector panificador de Tarija utiliza harina argentina, que ofrece un mejor rendimiento que la harina subsidiada por Emapa. Además, desde el inicio de 2023, han reportado incrementos en los precios de insumos como manteca y azúcar, pero han sentido que sus preocupaciones han sido ignoradas.
Flores recordó que han convocado a autoridades nacionales para buscar soluciones que permitan mantener el precio del pan. Como resultado de estas conversaciones, en agosto de 2024 se aprobó un decreto que difiere el Gravamen Arancelario al 0% para la importación de trigo y harina de trigo hasta finales de 2024. Sin embargo, los panificadores de Tarija no han visto beneficios significativos de esta medida y continúan enfrentando dificultades económicas.
El dirigente también expresó su preocupación por lo que considera una discriminación hacia Tarija, señalando que otros departamentos, como La Paz y Cochabamba, reciben harina subsidiada en un 65%, lo que les permite comprarla a precios significativamente más bajos que en Tarija, donde el quintal de harina cuesta entre 260 y 280 bolivianos.
Recientemente, la responsable de la Oficina de Defensa del Consumidor, Silvia Palacios, declaró que las afirmaciones de los panificadores de Tarija no tienen fundamento, ya que los precios se han mantenido estables o incluso han disminuido. Sin embargo, Flores argumentó que mientras en otras regiones se subsidian los insumos, en Tarija los productores deben afrontar todos los costos sin apoyo, lo que ha generado tensiones en la relación con el gobierno