La construcción de un alambrado en Aguas Blancas y San Ramón de la Nueva Orán en la frontera con Argentina ha generado ruido desproporcional en comparación al enmallado cercano al hito 31 ubicado en Pisiga en la frontera con Chile.
Probablemente el excesivo ruido, tenga que ver con el famoso Trump wall en la frontera con México, y especialmente a partir de la promesa de Donald de reanudar su construcción.
La historia de los muros es larga en la historia de la humanidad. La Muralla China, que se puede ver desde el espacio por sus casi 9.000 kilómetros, es una maravilla del mundo. En tanto, que el Muro de los Lamentos en Israel, el lugar más sagrado del judaísmo, cuentan que fue preservado por los romanos, para que el pueblo judío conservara un recuerdo de su caída. El Muro de Berlín, símbolo de la Guerra Fría, fue construido para evitar la huida de trabajadores y el tráfico de mercancías.
En Lima, en los años 80, se empezó a construir un muro conocido como el “de la vergüenza” en el distrito de Surco. El muro de más de 5 kilómetros, separó urbanizaciones ricas de las más pobres, que comparten dos lados de un mismo cerro. En 2022, el Tribunal Constitucional peruano determinó que debía ser demolido, porque atentaba la libertad de tránsito y fomentaba la discriminación. A finales de 2024, solo se habría demolido 1.000 metros.
Los muros son barreras que construimos para separarnos y demarcar territorios, generalmente son expresión de prejuicios, inseguridad, miedos y temor. Los construimos para protegernos del sufrimiento y evitar el peligro. Sin embargo, los muros adquieren más fuerza por su naturaleza simbólica que por su función en los hechos. Bolivia colinda con cinco países y nuestra línea de frontera es de casi siete mil kilómetros; por ello no hay muro posible.
Hoy, el territorio en cualquiera de sus expresiones, no es continuidad del espacio; vivimos discontinuidades complejas, multidimensionalidad y multiversos, donde las fronteras son líquidas y no puntos y rayas en un mapa. Como dice la canción que entonábamos en la universidad “Se ven selvas y desiertos. Pero no puntos ni rayas, Porque esas cosas no existen…”.
Al final, los muros siempre estarán presentes, pero no importan en realidad: Muros construimos siempre y no necesitan tener concreto.
SERENDIPIA
DINO PALACIOS
Ciudadano
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FUENTE: www.opinion.com.bo/