Las autoridades ambientales han revelado que la superficie afectada por incendios forestales durante el año 2025 asciende a aproximadamente 300,000 hectáreas. Este dato representa una drástica disminución en comparación con los más de ocho millones de hectáreas consumidas por el fuego hasta octubre del año anterior, marcando una diferencia sustancial en la gestión de estos siniestros.
Este resultado favorable se atribuye a una estrategia integral de prevención y combate, que ha involucrado una estrecha colaboración entre los distintos niveles de gobierno, organizaciones medioambientales y la asistencia internacional. La eficacia en la gestión de estos eventos se ha visto reforzada por una coordinación efectiva entre las entidades gubernamentales, la labor incansable de los equipos de bomberos de las Fuerzas Armadas y la Policía, el apoyo de diversas instituciones y el compromiso de voluntarios y la comunidad civil.
No obstante esta mejora general, se enfrentaron desafíos considerables en áreas específicas, como el Parque Nacional Noel Kempff Mercado, donde la topografía y la difícil accesibilidad complicaron las operaciones. En dicho parque, las llamas persistieron por más de un mes, exigiendo el despliegue de tres helicópteros para las tareas de extinción aérea y el transporte de personal.
Como parte de las acciones preventivas, se ha realizado una evaluación que identifica 84 municipios distribuidos en siete departamentos con distintos grados de vulnerabilidad frente a los incendios. De estos, 47 han sido clasificados con riesgo alto, 20 con riesgo medio y 17 con riesgo bajo, lo que permite enfocar recursos y esfuerzos en las zonas más críticas

