A pesar de las altas temperaturas que superaron los 32 grados, los devotos conocidos como chunchos acompañaron con fervor a su Santo Patrono, San Roque, durante la celebración de la Fiesta Grande de Tarija. Este año, la festividad atrajo a más de 9,000 promesantes, quienes se despidieron del santo con una emotiva canción que resonó en las calles de la ciudad.
La procesión, que incluyó a chunchos, quenilleros, tamboreros, cañeros y alféreces, recorrió diversas vías de Tarija, llevando consigo a los fieles, familiares de los promesantes y nuevos visitantes que se maravillaron con esta celebración, reconocida por la UNESCO como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad. A pesar del calor agobiante, el compromiso de los chunchos fue evidente, aunque algunos enfrentaron dificultades debido a las heridas de las flechas de caña que portaban, lo que no les impidió cumplir con sus promesas.
La noche trajo consigo la tradicional espera de los chunchos frente a la iglesia de San Roque, donde durante más de dos horas los quenilleros y tamboreros mantuvieron un constante ritmo musical. La llegada de la imagen del santo generó una atmósfera de emoción palpable, con miles de pañuelos blancos ondeando y lágrimas brotando entre los devotos.
El respaldo de las autoridades locales fue un aspecto destacado por los organizadores de la festividad. El alcalde de Tarija, Johnny Torres Terzo, subrayó la afluencia significativa de visitantes, estimando que alrededor de 40,000 personas llegaron a la ciudad durante las festividades de San Roque y Chaguaya, consolidando a Tarija como un destino turístico. Torres Terzo enfatizó la importancia de estas celebraciones en la reactivación económica, beneficiando a sectores como la gastronomía, la hotelería y el transporte.
Por su parte, Cinthia Choque, directora de Cultura y Patrimonio de la Gobernación, señaló que diversas instituciones colaboraron en la realización de actividades relacionadas con la Fiesta Grande, como competencias deportivas y festivales culturales, lo que contribuyó a enriquecer la experiencia de los asistentes.
Sin embargo, no todo fue positivo. Algunos participantes de la procesión señalaron aspectos que requieren atención para el próximo año. A pesar de los anuncios previos sobre el recorrido del santo, se observaron vehículos estacionados en calles clave, como la General Trigo, lo que obstaculizó el paso de los chunchos. Además, el comercio informal desbordó en ciertas áreas, especialmente en la avenida Potosí, donde se ofrecían productos ajenos a la festividad, como accesorios, ropa deportiva e incluso artículos de uso cotidiano. Este desorden fue motivo de quejas entre los asistentes, quienes cuestionaron la pertinencia de estas ventas en un evento tan significativo