La expectativa que rodea a la selección nacional se manifestó de manera contundente desde el inicio de la comercialización de boletos. Las once mil quinientas entradas virtuales habilitadas por la Federación Boliviana de Fútbol para el próximo encuentro se agotaron en un tiempo récord de apenas cuatro horas, un hito que subraya el profundo anhelo de clasificación mundialista que embarga a la nación.

El proceso de venta digital comenzó el lunes por la mañana y, transcurridas solo dos horas, ya se habían despachado más de siete mil localidades. En un lapso adicional de un par de horas, la totalidad de los cupos virtuales se había consumido. El compromiso está fijado para el nueve de septiembre, a las diecinueve horas con treinta minutos, en el Estadio Municipal de Villa Ingenio, ubicado en El Alto.

A pesar de la masiva demanda en línea, aún restan localidades que serán puestas a disposición del público de forma presencial. La entidad rectora del fútbol boliviano ha comunicado que esta fase de venta física iniciará el sábado dos de agosto en las boleterías del estadio y en otros puntos autorizados. Se establecerá un límite de adquisición de cuatro boletos por persona, con precios que varían entre los sesenta y los trescientos cincuenta bolivianos. Para el sector destinado a la afición visitante, el costo será de trescientos bolivianos.

La anticipación por este trascendental partido es considerable. Con solo dos jornadas restantes en las Eliminatorias, Bolivia se encuentra en la octava posición de la tabla, acumulando diecisiete puntos. Esta ubicación la sitúa a tan solo una unidad de Venezuela, que ostenta dieciocho puntos y ocupa actualmente la zona de repechaje. Antes de recibir al combinado brasileño, el equipo nacional se enfrentará a Colombia en Barranquilla, lo que convierte la obtención de un triunfo en condición de local en un factor determinante.

La ciudad de El Alto se prepara para ser el escenario de una jornada memorable, con la expectativa de un estadio colmado y un equipo que persigue el sueño de regresar a una Copa del Mundo después de más de tres décadas. El inquebrantable apoyo de la afición se perfila, indudablemente, como un elemento crucial frente a un adversario de la talla de Brasil