Tras la contundente derrota del Bari frente al Empoli, varios seguidores del club protagonizaron un altercado con los jugadores a bordo de un avión, situación que requirió la intervención policial y provocó un retraso de aproximadamente una hora en la salida del vuelo.

El conjunto, que milita en la Serie B y es propiedad de la familia De Laurentiis, sufrió una dura caída por 5-0, ubicándose ahora en posiciones de peligro en la tabla de descenso. Tras el partido, parte de la afición manifestó su descontento en el estadio y posteriormente en el aeropuerto, donde coincidieron con los futbolistas durante el regreso a su ciudad.

En el aeropuerto, los hinchas expresaron su frustración con aplausos sarcásticos, gritos y comentarios inapropiados dirigidos a los jugadores. Este ambiente tenso derivó en un enfrentamiento físico dentro del pasillo del avión, donde un futbolista recibió un golpe y respondió con una patada. Para controlar la situación, la tripulación solicitó apoyo de las autoridades, lo que ocasionó la demora en el despegue.

El club, presidido por Luigi De Laurentiis, había realizado recientemente un cambio en la dirección técnica al reemplazar a Fabio Caserta por Vincenzo Vivarini debido a los malos resultados, pero la medida no logró calmar la molestia de los seguidores tras la derrota sufrida en territorio toscano