El encarecimiento de productos básicos para bebés afecta el bolsillo de las madres bolivianas, generando dificultades en la crianza.
La crisis económica en Bolivia ha golpeado fuertemente a las madres, especialmente en ciudades como Tarija, donde el aumento en los precios de productos para bebés ha hecho que la maternidad sea aún más costosa para las familias bolivianas.
La crisis económica en Bolivia ha impactado de manera significativa en el bolsillo de las madres, especialmente en ciudades como Tarija, donde el encarecimiento de productos básicos ha hecho que el costo de insumos para recién nacidos como pañales desechables y toallitas húmedas se haya incrementado considerablemente. Esta situación ha convertido la maternidad en un desafío aún más costoso para las familias bolivianas.
Andreinna Araoz, propietaria de la pañalera “Cigüeña”, ha destacado que, a pesar de mantener precios estables durante mucho tiempo, se vieron obligados a realizar incrementos debido al alza del dólar y los problemas en las importaciones. Este aumento en los precios ha llevado a que madres opten por productos más económicos, incluso sacrificando la calidad en algunos casos, como la elección de marcas menos conocidas y más asequibles.
La situación se agrava con el encarecimiento de otros artículos para el cuidado del bebé, como chupones, mamaderas, fórmulas y suplementos, lo que ha llevado a que algunas familias se vean en la disyuntiva de tener que priorizar entre comprar pañales o leche para sus hijos. Incluso recurrir a alternativas como pañales de tela ya no es una solución viable para muchas madres, debido a la falta de tiempo y recursos.
Asimismo, Gabriela, una madre de dos hijos, ha expresado su preocupación por el aumento de precios en productos para bebés, mencionando que el costo de un paquete grande de pañales ha aumentado significativamente en comparación con años anteriores. La situación económica ha impactado de manera tan profunda en la crianza y cuidado infantil que algunas parejas están considerando no tener más hijos, no por elección, sino por las dificultades económicas que implica criar a un bebé en medio de la crisis.
Estos problemas económicos se ven reflejados en datos oficiales, donde se confirma una tendencia a la baja en la tasa de fertilidad en Bolivia, según el Censo de Población y Vivienda 2024 y la Encuesta de Demografía y Salud (EDSA) de 2023. Actualmente, las mujeres bolivianas tienen un promedio de 2,1 hijos, marcando un cambio drástico en comparación con décadas anteriores, cuando el promedio de hijos por mujer era mucho mayor.
El director del Instituto Nacional de Estadística (INE), Humberto Arandia, ha explicado que este cambio en la estructura demográfica del país está relacionado con factores económicos, sociales y culturales, como el aumento del costo de vida y la postergación de la maternidad debido a la búsqueda de estabilidad laboral. Este nuevo escenario ha llevado a que la planificación familiar se convierta en una necesidad más que una elección para muchas familias bolivianas.
En resumen, la crisis económica en Bolivia ha tenido un impacto profundo en la maternidad y la crianza de los hijos, afectando no solo el bolsillo de las madres, sino también su capacidad de planificar y sostener económicamente la llegada de nuevos miembros a la familia. La situación económica actual plantea desafíos significativos que están transformando la dinámica familiar en el país andino.
La crisis económica en Bolivia ha transformado la dinámica familiar, afectando la capacidad de las madres para planificar y sostener económicamente la llegada de nuevos miembros a la familia.
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