El vehículo que transportaba a la delegación deportiva argentina sufrió un ataque en las inmediaciones del estadio, en el barrio de Ñuñoa, apenas dos horas antes del inicio del encuentro. La zona presentaba una seguridad reducida, ya que el partido se desarrollaba sin la presencia de público, una medida punitiva impuesta al equipo local a raíz de los violentos incidentes protagonizados por sus aficionados el pasado 20 de agosto. Aquella fecha, durante el partido de vuelta de los octavos de final contra Independiente de Avellaneda en Argentina, se registraron graves altercados.

Imágenes de los daños y el descontento de algunos integrantes del plantel afectado rápidamente se difundieron, expresando una profunda consternación ante la persistencia de este tipo de comportamientos en el ámbito deportivo.

Estos hechos se enmarcan en un contexto de tensiones previas. Días antes, el gobierno argentino había anunciado la aplicación de severas sanciones a cerca de un centenar de seguidores del equipo chileno. Estas medidas fueron la respuesta a una batalla campal desatada en las gradas del estadio de Avellaneda, que culminó con la suspensión del partido y la posterior clasificación del equipo visitante, luego de que la Conmebol determinara que la responsabilidad recaía en la deficiente seguridad del recinto.

La confrontación en Avellaneda se originó cuando grupos de aficionados de ambos bandos se enfrentaron por la posesión de pancartas. Los seguidores locales intentaron arrebatar estos estandartes, lo que provocó una violenta reacción de los visitantes, quienes lanzaron butacas, sanitarios y otros objetos contundentes hacia sus rivales situados en un nivel inferior, además de incendiar parte de las gradas.

La escalada de violencia llevó a la movilización de los simpatizantes locales desde su ubicación hacia el sector de la tribuna Sur Alta con el fin de confrontar a los agresores, resultando en un choque entre ambas facciones y varios heridos entre los seguidores del equipo chileno. Tras el desalojo de la grada visitante, un grupo de aficionados del equipo local logró romper los cordones de seguridad y agredir a los visitantes rezagados, uno de los cuales cayó al vacío y sufrió lesiones de gravedad

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