Bolivia atraviesa un período de tensión en su abastecimiento de combustibles, una situación directamente vinculada a la dificultad para reunir los aproximadamente 55 a 60 millones de dólares que se requieren semanalmente para la importación de hidrocarburos. Durante las últimas tres semanas, los desembolsos para este fin han sido considerablemente menores, oscilando entre los 35 y 45 millones de dólares, lo que ha precipitado la escasez actual.
La disponibilidad de diésel es particularmente crítica, con reservas que apenas alcanzan para un día de consumo. En cuanto a la gasolina, el inventario actual cubre aproximadamente tres días. La empresa estatal encargada de los hidrocarburos opera bajo una presión extrema, dedicando esfuerzos diarios a la obtención de divisas a través de los mecanismos financieros disponibles en el país, incluyendo las principales entidades bancarias nacionales. La continuidad de sus operaciones está supeditada a la disponibilidad de moneda extranjera.
Se anticipa una mejora en el suministro de diésel con la llegada de buques programada para las fechas alrededor del 20 y 23 de octubre, siempre y cuando las condiciones climáticas y marítimas permitan las descargas sin contratiempos. Respecto a la gasolina, se ha reportado un ingreso reciente al país, lo que debería traducirse en un incremento de los volúmenes de despacho y se espera que sea suficiente para cubrir las necesidades logísticas del Tribunal Electoral con miras a los próximos comicios. La normalización completa de la distribución de diésel se proyecta para después del fin de semana electoral, a la espera del arribo de dos embarcaciones y de condiciones de marea favorables para su descarga.
En el ámbito político, se han desestimado las afirmaciones de un candidato presidencial, quien anunció acciones legales contra la administración actual por la crisis energética. Desde el sector gubernamental se ha argumentado que dicho candidato estaba previamente informado sobre la complejidad de la situación nacional, habiendo sido el único en recibir datos oficiales al respecto. Esta postura ha sido calificada como un intento de capitalizar políticamente la coyuntura, a pocos días de las elecciones y ante resultados desfavorables en las encuestas.
Mientras tanto, en todo el territorio nacional se observa un aumento significativo en las filas de vehículos que aguardan para cargar gasolina y diésel. La gestión de esta crisis ha recaído en el ministro del ramo, debido a que el presidente de la estatal petrolera se encuentra actualmente prófugo de la justicia, con una orden de aprehensión en su contra y sin ser localizado por las autoridades