Las Fuerzas Armadas de Bolivia han integrado sus esfuerzos al Plan Escudo de Hierro, una iniciativa de la Policía Boliviana, con el objetivo primordial de contener la incursión de redes delictivas transnacionales originarias de Brasil.

Según información oficial del Viceministerio de Régimen Interior y Policía, a cargo de Jhonny Aguilera, el despliegue de personal se ha concentrado inicialmente a lo largo del río Mamoré, en el departamento de Beni, estableciendo puntos de control estratégico. Por disposición presidencial, un contingente de cuarenta agentes policiales, junto a efectivos de la Fuerza Naval, ha sido desplegado específicamente en el río Mamoré. Esta acción busca interceptar a individuos vinculados a actividades criminales que intenten cruzar la frontera desde Brasil hacia territorio boliviano.

La estrategia de refuerzo de la seguridad se extiende a lo largo de las fronteras norte, central y sur del país. Los puntos de vigilancia se han establecido en localidades clave como Cobija, particularmente en el Puente de la Amistad que conecta con Brasil; en la región del río Mamoré; y en las poblaciones de Puerto Suárez y Puerto Quijarro, ambas en el departamento de Santa Cruz.

La vasta extensión de la frontera con Brasil, que abarca 3.423 kilómetros, exige la implementación de tácticas y métodos de control diversificados para una vigilancia efectiva. Complementariamente, se han activado puntos de control móviles a lo largo de las principales vías que enlazan estas zonas fronterizas con las capitales departamentales de Beni, Pando y Santa Cruz. El contingente policial desplegado en estas tres zonas limítrofes con Brasil incorpora personal movilizado desde otras ciudades capitales, aunque no se ha divulgado una cifra oficial sobre su número.

Como resultado directo de estas operaciones fronterizas, la Policía Boliviana logró la detención de Ocian Brito Luna, un individuo con dieciocho procesos judiciales pendientes en Brasil, quien fue posteriormente entregado a las autoridades de su país