La Fiscalía Departamental de Oruro ha puesto en evidencia la alarmante negligencia que precedió a la tragedia ocurrida en la Unidad Educativa Juan Misael Saracho. Se ha determinado que el establecimiento, diseñado para albergar un máximo de 500 personas, fue escenario de un evento al que se comercializaron aproximadamente 4.000 entradas. Esta cifra representa un exceso superior al 300% de su aforo permitido. La ausencia de controles adecuados y la masiva concurrencia desencadenaron dos avalanchas humanas que resultaron en la lamentable pérdida de dos jóvenes vidas, una de ellas menor de edad.

Las inspecciones oculares realizadas por los investigadores confirmaron que las instalaciones del colegio carecían de la infraestructura y preparación necesarias para gestionar una concurrencia de tal magnitud. El personal a cargo de la investigación subrayó que la capacidad real del recinto no superaba las 400 a 500 personas, una cifra drásticamente inferior a la cantidad de boletos distribuidos entre integrantes de la banda, personal de apoyo y asistentes.

La pesquisa inicial sugiere que la organización del evento recayó principalmente en padres de familia, con la participación de algunos estudiantes. Sin embargo, dada la minoría de edad de estos últimos, la información relacionada con su implicación se mantiene bajo reserva. Asimismo, se ha establecido que la dirección del establecimiento educativo estaba al tanto de la planificación, la logística y la venta de boletos.

En el marco de las diligencias, se convocó a declarar al vocalista de la agrupación “Sangre Cumbiera”, quien, según reportes, se lanzó al público durante la presentación. A pesar de la citación, el artista no compareció, aunque sus representantes legales se presentaron sin poder justificar su ausencia, un hecho que será evaluado conforme a la normativa vigente.

La investigación se centra en identificar a las comisiones responsables de la impresión y comercialización de las entradas, así como en la distribución de funciones relacionadas con la seguridad, el control de accesos y la coordinación con el grupo musical. Estos elementos son cruciales para deslindar responsabilidades en la cadena de organización y ejecución del evento.

Los testimonios de los sobrevivientes son considerados determinantes para el esclarecimiento de los hechos. Cuatro miembros de una misma familia asistieron al evento; dos de ellos fallecieron, mientras que los dos restantes, menores de edad, han proporcionado relatos de lo acontecido durante la avalancha. Sus declaraciones podrían ser tomadas en cámara Gesell para garantizar su bienestar y la validez de la información.

Las autoridades no descartan futuras aprehensiones en los próximos días, que podrían incluir tanto a padres de familia involucrados en la organización como a personal administrativo del colegio. Se confía en que los nuevos elementos recabados, contrastados con declaraciones y pericias, permitirán esclarecer completamente lo sucedido el 21 de septiembre.

La tragedia, que se cobró la vida de una joven de 18 años y de una adolescente de 16 (esta última falleció días después en terapia intensiva), junto con la evidencia de la sobreventa de entradas y la manifiesta falta de medidas de seguridad, ha generado una profunda conmoción en Oruro y en todo el país

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