En el Museo Costumbrista Juan de Vargas se inauguró una muestra dedicada a las ‘ñatitas’, cráneos humanos que forman parte de una tradición ancestral vinculada al mes de Todos Santos. La exhibición busca profundizar en la conexión espiritual que esta práctica establece con los antepasados, así como su relación con el ciclo agrícola andino.

Esta celebración, que se realiza anualmente en noviembre, tiene sus raíces en las comunidades agrícolas de Bolivia. Originalmente, tras la festividad de Todos Santos, las familias sacaban los restos de sus seres queridos fallecidos en el pueblo para solicitar prosperidad y buenas cosechas para la comunidad. Esta tradición surge de un sincretismo que antecede a la llegada de los españoles, cuando se invocaba a los espíritus para proteger los cultivos y mejorar las condiciones de vida del pueblo.

Actualmente, la costumbre se mantiene vigente en los hogares paceños, donde las familias que poseen una ‘ñatita’ le solicitan salud, protección y éxito en sus actividades. Estos cráneos pueden pertenecer a parientes fallecidos o haber sido obsequiados. Se cree que las ‘ñatitas’ pueden comunicarse mediante los sueños, advirtiendo sobre posibles desgracias o dificultades.

Las ofrendas a las ‘ñatitas’ incluyen la decoración con coronas de flores, hojas de coca, velas y cigarrillos, acompañadas de rezos, especialmente los martes y viernes. Esta práctica refleja una creencia profunda en que estos cráneos actúan como guardianes espirituales que brindan cuidado y protección.

El Museo Costumbrista, que sigue un calendario cívico y tradicional con las fechas más relevantes de la ciudad, ha decidido este año destacar esta manifestación cultural. Anteriormente considerada prohibida, la veneración a las ‘ñatitas’ es hoy reconocida como una expresión cotidiana y legítima de la identidad boliviana.

La exposición exhibe reliquias familiares y objetos rituales donados por fieles, entre ellos cráneos decorados, urnas de vidrio, rosarios, hojas de coca y flores andinas. El objetivo es promover una comprensión clara de estas prácticas, alejándolas de prejuicios que las asocian con lo oculto o negativo, y resaltando su importancia como parte del patrimonio cultural y espiritual.

Cada 8 de noviembre, en el Cementerio General de La Paz, se congregan numerosos devotos que llevan sus ‘ñatitas’ en urnas adornadas con flores, cigarrillos y gorros tradicionales. En este acto, los fieles ofrecen música, oraciones y expresan gratitud por los favores recibidos durante el año.

La muestra en el Museo Costumbrista Juan de Vargas permanecerá abierta durante todo el mes de noviembre, con la intención de establecer un vínculo entre esta fe popular y sus orígenes históricos. Así, se destaca cómo la tradición de las ‘ñatitas’ es una herencia de la cosmovisión prehispánica que se ha transformado en un símbolo de respeto hacia los muertos y de esperanza en la continuidad de la vida

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