La escasez de combustible se agudizó notablemente en Cochabamba durante la tarde de ayer, generando inquietud entre la población y dificultando encontrar estaciones de servicio con reservas disponibles. Esta situación es consecuencia directa del desabastecimiento, exacerbado por los bloqueos de caminos que mantienen parcialmente aislada a Cochabamba.

Estas medidas de presión, activas desde hace doce días, impiden el paso de camiones cisterna, vitales para el suministro. Los bloqueos exigen la dimisión del actual presidente y la autorización para la candidatura de un líder político específico en los comicios de 2025. Las reservas de carburantes en el departamento se encuentran en niveles críticamente bajos, lo que contribuye al panorama actual.

Según datos proporcionados por la asociación que agrupa a las estaciones de servicio del departamento, las asignaciones diarias de gasolina se han reducido drásticamente, situándose entre los 4.000 y 5.000 litros por surtidor. Esta cifra representa menos de la mitad de lo que recibían anteriormente, incluso en un escenario previo de desabastecimiento parcial, cuando las entregas superaban los 10.000 litros diarios.

Representantes del sector de surtidores también señalaron que la planta local de YPFB, situada en la zona de la avenida Petrolera, no dispone actualmente de diésel. La carencia de diésel se venía gestando desde la semana anterior, con entregas ya limitadas a unos 4.000 litros diarios en algunas estaciones. Este volumen es insuficiente para atender la demanda, especialmente del transporte pesado, que requiere mayores cantidades para sus rutas extensas. La dependencia de la producción local de la refinería de YPFB ya había sido señalada previamente como un factor crítico para la subsistencia de las estaciones de servicio; la situación actual confirma un deterioro significativo.

Estimaciones basadas en la capacidad promedio de los tanques vehiculares (entre 45 y 65 litros) indican que la dotación diaria actual de 4.000 a 5.000 litros de gasolina apenas alcanzaría para abastecer a un centenar de automóviles. Sin embargo, la realidad en las estaciones de servicio de la ciudad muestra un contraste marcado: las filas de vehículos, incluyendo autos y motocicletas, superan ampliamente esa cifra, extendiéndose por kilómetros. Usuarios reportan que la extensión de las filas triplica la observada en condiciones normales.

Los tiempos de espera, que ya eran de varias horas, se han incrementado drásticamente en este escenario de bloqueos y escasez, obligando a los conductores a aguardar su turno por hasta un día o incluso más para poder cargar combustible. El sentir general entre los conductores en espera es de preocupación ante la gravedad de la situación. Las quejas recurrentes de los usuarios apuntan a que la limitada cantidad de combustible disponible se agota rápidamente, a menudo antes del mediodía. Esta situación fue confirmada por los representantes del sector de surtidores.

Desde el Ministerio de Hidrocarburos se informó recientemente que los bloqueos mantienen retenidos 133 camiones cisterna, transportando un volumen combinado de gasolina y diésel que supera los 3.5 millones de litros. Asimismo, se comunicó que se está procediendo a la descarga de más de 62 millones de litros de combustible en la planta de Sica Sica, ubicada en Arica. No obstante, la misma fuente oficial aclaró que la normalización del abastecimiento en las estaciones de servicio no será inmediata. Se reiteró que, si bien se dará continuidad al abastecimiento, el proceso tomará un período de tiempo.

Por su parte, la Agencia Nacional de Hidrocarburos (ANH) ha puesto a disposición un canal de comunicación digital para informar a la población sobre el arribo de cisternas con combustible a la ciudad. La institución aseguró, a través de este canal, que el suministro se normalizará de forma progresiva

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