El sector vitivinícola en Bolivia enfrenta un desafío significativo debido al Impuesto al Consumo Específico (ICE), que se aplica a la venta de vinos y singanis. Este tributo, que asciende a 3.70 bolivianos por botella en el caso de productos con precios de 15 o 18 bolivianos, ha sido calificado como una carga onerosa que afecta directamente la competitividad de los productores locales.
Fernando Galarza, presidente de la Asociación Nacional de Vitivinicultores (ANIV), subrayó que la eliminación de este impuesto, propuesta por el precandidato presidencial Samuel Doria, es un reclamo que el sector ha venido planteando desde hace tiempo. Galarza enfatizó que el ICE representa un obstáculo significativo para la producción, comercialización y exportación de vinos, limitando el crecimiento del rubro.
El dirigente explicó que el impuesto no solo es alto en términos absolutos, sino que también incluye una tasa porcentual que agrava la situación. Esta situación se traduce en un costo elevado para los viticultores, quienes deben lidiar con un entorno fiscal que dificulta su capacidad de competir en el mercado.
A pesar de la calidad de sus productos, que puede rivalizar con vinos de otras naciones, los exportadores bolivianos enfrentan serias dificultades. La falta de acuerdos comerciales con varios países limita sus oportunidades en el mercado internacional. Galarza destacó que, mientras naciones como Chile y Argentina han logrado establecer acuerdos que facilitan sus exportaciones, Bolivia se encuentra rezagada.
Además, el presidente de ANIV mencionó que las restricciones impuestas por un decreto que limita la venta de vino a envases de vidrio perjudica aún más al sector. En contraste, otros países permiten la comercialización de vino en diversos tipos de envases, como latas y cartones, lo que les brinda una ventaja competitiva.
A pesar de los esfuerzos realizados ante la Cancillería para establecer acuerdos que favorezcan al sector, los viticultores continúan sin respuestas concretas. La situación actual requiere atención urgente para permitir que el sector vitivinícola boliviano pueda alcanzar su potencial y competir en igualdad de condiciones en el ámbito internacional